Medir la huella de carbono: ¿herramienta o distorsión?

Medir la huella de carbono consiste en determinar cuál es el volumen de emisiones de CO2 en el ambiente, ¿pero qué significa exactamente?

La práctica de medir la huella de carbono surgió en el año 1990 y, desde ese entonces, se volvió un acto cada vez más desafiante para los interesados en reducir los impactos que tienen las actividades industriales y del ser humano en el planeta. 

Sin embargo, muchas instituciones se valen del concepto de huella de carbono para hacer justamente lo contrario: camuflar sus emisiones de CO2 el medio ambiente, mediante campañas de comunicación engañosas que destacan el supuesto interés por los impactos negativos de sus acciones en el planeta. 

En este artículo exploraremos qué es, cómo se mide y por qué el concepto de la huella de carbono puede volverse engañoso y algunas herramientas para reducir nuestra huella de carbono en el medio ambiente. 

¿Qué es la huella de carbono?

La huella de carbono es una medida que refleja la cantidad total de gases de efecto invernadero (GEI), expresada como dióxido de carbono (CO2) equivalente, que es directa o indirectamente generada por un individuo, organización, evento o producto. 

Este concepto abarca una amplia variedad de actividades diarias, desde la energía que utilizamos en nuestras casas hasta la comida que consumimos y los medios de transporte que elegimos.

Asimismo, a un nivel industrial o empresarial, representa el volumen de gases de efecto invernadero que se emiten a la atmósfera. Un ejemplo de cómo se produce esta emisión puede ser a través del uso de combustibles fósiles que tal o cual empresa consume para llevar a cabo sus actividades. 

¿Cómo se calcula?

El cálculo de la huella de carbono se obtiene a partir de la multiplicación de la cifra de consumo de energía en base a combustibles fósiles (dato de actividad) por el factor de emisión. De esta manera, se tienen en cuenta todas aquellas fuentes de energía que surgen del gas natural y del petróleo. 

En cuanto a las grandes empresas, industrias y gobiernos, se sostiene que la estimación y seguimiento de la huella de carbono facilita a las organizaciones la implementación de procesos para mitigar las consecuencias del cambio climático a raíz de sus operaciones. Generalmente, esta medición ambiental es generada por un especialista en el tema, en base a los siguientes estándares:

  • Alcance 1: emisiones directas 
  • Alcance 2: emisiones por uso de energía
  • Alcance 3: emisiones indirectas 

Algunos de los países responsables de las mayores emisiones de CO2 que afectan a todo el planeta tierra, según las mediciones del 2019, son: 

  • China, con más de 10.065 millones de toneladas de CO2 emitido
  • Estados Unidos, con 5.416 millones de toneladas de CO2
  • India, con 2.654 millones de toneladas de CO2
  • Rusia, con 1.711 millones de toneladas de CO2
  • Japón, 1.162 millones de toneladas de CO2
  • Alemania, 759 millones de toneladas de CO2

Por otra parte, a nivel individual, muchas personas están interesadas en medirla en sus propias actividades generan y es posible hacerlo con esta calculadora digital de huella de carbono que estimará cuánto CO2 se libera a raíz de tus consumos diarios y recurrentes. ¿Pero qué impactos tienen estas herramientas en las personas? 

La huella de carbono cómo se calcula

Créditos: Evies – Unsplash

La medición de la huella de carbono como un arma de doble filo

Tal como lo sostiene Clima Terra, a menudo, la medición de la huella de carbono puede funcionar como campaña de greenwashing, que muestra a las personas el presunto interés de las empresas por controlar sus emisiones en el medio ambiente, pero siempre trasladando la culpa al individuo. 

Por ejemplo, una práctica sostenible muy popular en estos tiempos es el reciclado del plástico por parte de los consumidores finales en sus hogares. Sin embargo, en un primer momento, este hábito sostenible fue promovido por las químicas del plástico que buscaban “liberar la conciencia de las personas” para que continúen consumiendo plástico.    

Por otro lado, las recién mencionadas calculadoras son herramientas creadas y difundidas por las mismas petroleras responsables de las mayores emisiones de CO2 en el ambiente, para trasladar la culpa hacia los consumidores finales. 

¿Cómo reducirla?

Más allá del debate, la huella de carbono puede ser una herramienta útil para la concienciación, permitiendo a cada individuo ver el impacto de sus acciones en el clima global. A nivel personal, es posible optar por tomar algunos de estos hábito como recurrentes:

  • Comprar productos locales y que cumplan con políticas de sostenibilidad
  • Utilizar menos energía en base a combustibles fósiles, apostar por las energías renovables 
  • Elegir un medio de transporte público o que libere la menor cantidad de CO2 posible

Sin embargo, recordemos que los cambios más significativos deben venir de políticas a gran escala que limiten las actividades industriales y productivas, para que en última instancia, se reduzcan las emisiones de los grandes contaminantes. Por ejemplo, algunas de las medidas que se pueden tomar para reducir la huella de carbono a gran escala son:

  • Cumplir con las políticas de sostenibilidad determinadas para cada industria
  • Comunicar de manera transparente y honesta los impactos en el medio ambiente
  • Investigar, promover e implementar prácticas sostenibles
  • Apostar por las energías renovables en los procesos de producción y transporte

Aunque el concepto de huella de carbono puede ser útil para fomentar la concientización, es importante recordar que no debemos dejar que nos distraiga de la verdadera razón de las mayores emisiones de gases de efecto invernadero.

Estas son generadas por empresas, muchas de las cuales han utilizado la idea de la huella de carbono para hacer que los consumidores individuales se sientan 100% responsables de la contaminación.

Si bien como personas y comunidades debemos tomar acciones para reducir nuestros impactos negativos en el medio ambiente, es crucial entender qué rol juega la medición de la huella de carbono en el ámbito público y quiénes son los responsables de mitigar los efectos del cambio climático.