¿Cuáles son los países en Latinoamérica donde se registran más incendios forestales?
Latinoamérica está perdiendo sus bosques a una velocidad preocupante. Descubre el porqué y qué papel juegan los incendios forestales.
Latinoamérica está perdiendo sus bosques a una velocidad preocupante. Descubre el porqué y qué papel juegan los incendios forestales.
Todos los bosques de América Latina son susceptibles a incendios forestales. Para que éstos ocurran, se necesitan tres factores. En primer lugar, se requiere de combustible, en este caso proporcionado por la materia vegetal. Segundo, se necesitan condiciones de clima seco y altas temperaturas. En tercer lugar, hace falta una llama que inicie la combustión. Así, estos tres elementos conforman lo que se conoce como “el triángulo del fuego”.
Los incendios forestales pueden ocurrir de forma natural. Por ejemplo, el impacto de un rayo puede crear la llama necesaria para iniciar la combustión. Como esto es común en la naturaleza, muchas especies se han adaptado a estos eventos y, de hecho, se benefician de ellos. Entre otros aportes, los incendios forestales eliminan el material orgánico muerto y hacen al suelo más fértil. No obstante, los incendios también tienen una gran fuerza destructiva. El 85 por ciento de los eventos ocurre a causa de actividades humanas.
¿Cuál es el impacto negativo de los incendios forestales?
Los incendios forestales producen material particulado que deteriora la calidad del aire. A esto se añade, que liberan dióxido y monóxido de carbono, lo que produce mayor polución. El resultado es una variedad de problemas de salud, incluyendo problemas respiratorios y cardiovasculares. Por otro lado, estos eventos tienen efectos directos, como la pérdida de propiedades, cultivos, recursos, biodiversidad y personas. De hecho, 6,2 millones de personas se vieron afectadas por incendios o actividad volcánica entre 1998 y 2017, según la Organización Mundial de la Salud. De esta cifra, 2.400 perdieron la vida.
Además, los incendios forestales tienen graves implicaciones para el clima. En primer lugar, las emisiones de gases de efecto invernadero que se liberan a la atmósfera favorecen el incremento en la temperatura del planeta. En segundo lugar, la pérdida de bosques por el fuego reduce la capacidad de absorción de dichos gases. Particularmente, América Latina ha perdido porcentajes significativos de área forestal debido a los incendios. En esta región, la mayoría de los eventos resultan en el deterioro de bosques y ecosistemas.
¿Cuáles son los países donde se registran más incendios forestales?
En 2020, América del Sur fue epicentro de devastadores incendios forestales. El país donde más incendios se registraron fue Brasil, con más de 222 mil casos. Argentina ocupó el segundo lugar con más de 74 mil casos y Bolivia fue tercero, con más de 40 mil casos. Muy cercanos a esta cifra también estuvieron Paraguay y Venezuela, ambos con más de 35 mil casos de incendios forestales. Por otro lado, Colombia registró más de 21 mil casos y Perú más de 16 mil. Los países con menos registros en la región fueron Guayana Francesa, Surinam y Uruguay.
Las estadísticas muestran que los incendios están relacionados con, entre otros, la deforestación para la agricultura y la ganadería en América Latina. Por ejemplo, junto con el incremento gradual de incendios forestales, la tasa de deforestación del Amazonas ha experimentado un aumento continuo. Brasil, donde está la mayor parte de este bosque tropical, escala los mercados mundiales como uno de los principales productores de soja y carne.
Como resultado, las ambiciones agrícolas de este país han llevado al alivio de las restricciones ambientales y la reasignación de tierras para fines agrícolas. De hecho, el área sembrada con cultivos en la Amazonía Legal, una zona con protección especial, casi se ha triplicado desde el 2000. Así mismo, dos tercios de los incendios forestales registrados durante el 2020 ocurrieron en esta área protegida. De esta manera, la deforestación, como técnica para expandir la tierra para la agricultura y los pastos, es una de las causas centrales de los incendios forestales .
¿Qué país ha perdido más bosques?
Sorprendentemente, un solo incendio puede preparar el escenario para una proporción masiva de pérdida de bosques y su conversión a otros usos. Un estudio sobre incendios forestales en América Latina arrojó que casi la mitad de los bosques incendiados en 2003 desaparecieron en años siguientes. Los investigadores monitorearon los bosques de 22 países entre 2003 y 2018 y analizaron su resistencia a los incendios. La investigación dejó ver que el 48 por ciento del área forestal quemada no se recuperó.
Todos los países estudiados registraron pérdida de cobertura forestal. Sin embargo, las mayores tasas de deterioro se dieron principalmente en Panamá (64,7 por ciento), Paraguay (61,5 por ciento) y Brasil (56,6 por ciento). Esto es luego de la ocurrencia de un solo incendio en bosques del tipo siempreverde. En contraste, los bosques incendiados en Bolivia demostraron una alta resistencia y el 70,7 por ciento logró recuperarse. No obstante, el 5,5 por ciento del área quemada fue luego convertida en tierras para cultivo. De igual manera, el 3,5 por ciento del área afectada en Brasil fue también transformada.
La tasa de conversión fue más alta en otros países, en materia de bosques latifoliados caducifolios – árboles de hoja ancha que pierden su follaje en invierno. Chile tuvo el porcentaje de transformación de bosque más alto, con el 26,8 por ciento de los ecosistemas quemados convirtiéndose en tierras de cultivo. Adicionalmente, un 22,1 por ciento del área afectada se convirtió en sabanas y otro 11,3 por ciento en pastizales. Argentina ocupó el segundo lugar, con un 17,6 por ciento de bosque incendiado transformado en tierra para actividades agrícolas.
¿A qué se debe que un bosque quemado no se recupere?
Una conclusión importante de esta investigación es el impacto que tiene la frecuencia de los incendios forestales en la recuperación del bosque. De hecho, los primeros cinco años son determinantes para la resiliencia del área forestal afectada. “Notamos que, si ocurre un segundo incendio en cinco años, las consecuencias son devastadoras para los bosques y su biodiversidad, aunque la recuperación aún es posible”. Esto es según Dolors Armenteras, líder de la investigación. “Un tercer incendio, sin embargo, acaba desapareciendo el bosque”.
Por lo tanto, el incremento en las temperaturas, producto del cambio climático, se convierte en un factor preocupante. Los bosques en etapa de recuperación posterior a un incendio comprenden especies pioneras de rápido crecimiento. Entre otras características, éstas pueden agudizar la susceptibilidad a la sequía, aumentando así la acumulación de combustible y la vulnerabilidad al fuego. Si a esto se suma una temperatura alta, solo hace falta una llama para iniciar el “triángulo del fuego” en un bosque ya degradado. Esto también causa que los incendios subsiguientes ardan a temperaturas más altas y durante más tiempo que en los bosques intactos.
Verbigracia, estudios demuestran que el cambio climático afectó la gravedad y el alcance de recientes incendios de gran escala. Por ejemplo, se estima que la temporada extrema de incendios forestales en Australia en 2019 – 2020 fue un 30 por ciento más probable debido al cambio climático. Además, la evidencia deja ver que el clima está asociado al aumento de los incendios en muchas regiones boscosas.
Incendios forestales incrementaron en muchos países de Suramérica
En Argentina, entre enero y septiembre del 2020, se registró casi el triple de los incendios forestales que tuvieron lugar en el mismo período del año anterior. En efecto, más de 51 mil casos se registraron en comparación con los menos de 19 mil en 2019. Por su parte, Paraguay registró un aumento del 61 por ciento en el mismo período. Otros países que también presenciaron más incendios forestales fueron Colombia (35 por ciento), Venezuela (29 por ciento), Brasil (12 por ciento) y Perú (9 por ciento).
Entre los bosques más afectados está el bosque del Gran Chaco, que se extiende sobre Argentina, Bolivia y Paraguay. Pero los incendios amenazan también la Amazonía brasileña y boliviana, los humedales del Pantanal compartidos por Brasil y Paraguay y los extensos humedales del Delta del Paraná en Argentina.
El Pantanal en Suramérica: Un preocupante ejemplo reciente de incendio forestal
El Pantanal es el humedal tropical más grande del mundo. Este inusual ecosistema es hogar de pueblos indígenas y concentra gran variedad de especies únicas o en peligro de extinción, como los jaguares y los armadillos gigantes. La región se extiende desde parte del oeste de Brasil hasta Bolivia y Paraguay. Allí, pequeños incendios ocurren cada año. Sin embargo, los incendios que tuvieron lugar en Pantanal en 2020 no tienen precedentes en extensión y duración, según investigadores.
El 2020 también fue el peor año en la vasta historia de incendios forestales en California, Estados Unidos. Poco menos que un área de 17 mil kilómetros cuadrados, el equivalente de los condados de Los Ángeles, Orange, Santa Clara y Santa Cruz combinados, ardió. Los incendios afectaron a gran parte de la población y generaron 112 millones de toneladas de gases de efecto invernadero. Aún así, los incendios del Pantanal quemaron, al menos, el doble del área de los incendios de California.
A solo cinco días de finalizar septiembre, el 22 por ciento de la extensa llanura aluvial Pantanal había sucumbido a las llamas. Consecuentemente, investigadores expresaron preocupación por el nivel de alteración de este frágil ecosistema, debido a los incendios extremos. Es más, los científicos temen que los proyectos de investigación de la ecología y la biodiversidad de la región nunca se recuperen.
A diferencia del bosque Amazonas, Pantanal es un área adaptada a los incendios. No obstante, éstos alcanzaron dicha magnitud, entre otros, debido a efectos climáticos. De hecho, la región atravesaba por la peor sequía en 47 años. Adicionalmente, los incendios de 2019 también fueron intensos, contribuyendo aún más a condiciones inusualmente secas y exacerbando el riesgo de incendios en 2020.
¿Qué se puede hacer para mitigar las causas de incendios forestales?
Cuando un bosque se incendia, la biomasa, que es el elemento combustible del “triángulo del fuego”, se consume. Si el bosque está en buenas condiciones y aún conserva la humedad de la vegetación, es más difícil que el fuego se propague. En contraste, si el bosque está más seco porque se ha degradado, esta disminución de la humedad hace que las llamas se expandan más rápido y en mayor magnitud. Por lo tanto, reducir la deforestación y conservar los bosques intactos es primordial.
La deforestación es una de las principales causas de la fragmentación y degradación de los bosques en América Latina, especialmente en el cono sur. Esta actividad es, tal vez, la mayor amenaza para los diversos biomas de la región y sus importantes ecosistemas. Además, es un factor que acelera el cambio climático. Muestra de ello es que la deforestación y el sector agrícola representaron más de dos tercios de las emisiones de Brasil en 2019.
Los dos bosques más grandes de Suramérica, en el foco de los incendios
En los últimos años, la destrucción ambiental ha aumentado en la región del Amazonas, incluyendo Colombia y Perú, que alojan el 20 por ciento de la selva. Por otra parte, el Gran Chaco, el segundo bosque más grande de América del Sur, también es un foco importante de deforestación. Incluso, esta región perdió casi el 10 por ciento de su vegetación natural entre 2000 y 2019.
Tanto estos bosques como otras regiones de Suramérica registran índices alarmantes de incendios forestales, que aumentan en magnitud y frecuencia con el cambio climático. Al mismo tiempo, estos eventos contribuyen a más emisiones que en torno aceleran el incremento en la temperatura del planeta. Como resultado, la vegetación se hace más vulnerable al fuego. Dicha vulnerabilidad se agrava, si se considera que solo la mitad de los bosques incendiados en esta región en 2003 se restablecieron en años siguientes.
Dado que un alto porcentaje de estos incendios son causados por actividades humanas, como la deforestación y la expansión agrícola, es crucial intervenir estas prácticas. Esto es, en primer lugar, para que haya más bosques sanos, con menor riesgo de que los incendios escalen. Pero en segundo lugar, para que dichas áreas forestales sigan contribuyendo a la absorción de los gases que tienen al planeta en riesgo climático.
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