Sequía en Uruguay: agua salada y otras complicaciones de la crisis hídrica

La severa sequía que afecta a Uruguay es un fenómeno sin precedentes. Te contamos cuál es su origen y cómo impacta en la población.

Uruguay, la nación sudamericana conocida por sus vastas praderas y su economía basada en la agricultura y la ganadería, enfrenta una de las peores sequías de su historia. Esta situación ha derivado en un fenómeno alarmante: el agua salada en el suministro público. 

En junio 2023, el gobierno declaró la emergencia hídrica, la cual se sumó a la agropecuaria declarada en octubre pasado y prorrogada en marzo. Según un informe de la Universidad de la República del Uruguayen la actualidad se detecta un déficit de lluvias que no se había registrado en los últimos 44 años”.

En este artículo exploraremos las profundas consecuencias de la sequía en Uruguay y el problema creciente del agua salada como fuente de consumo diario.

¿Cuál es el origen de la sequía en Uruguay?

Si bien la presencia del fenómeno meteorológico “La Niña” en la región causó una baja en las precipitaciones estos últimos años, el informe recién mencionado destaca que esta no es la única razón por la cual se produce este panorama de sequía severa en Uruguay.

La sequía en Uruguay ha sido producto de una combinación de factores ambientales, climáticos y humanos:

  • Cambio climático: Los científicos están cada vez más seguros de que el cambio climático provocado por la actividad humana está exacerbando las sequías. El calentamiento global provoca que las temperaturas aumenten, lo que a su vez puede alterar los patrones de precipitación y aumentar la evaporación, ambos factores contribuyen a las condiciones de sequía.
  • Gestión del agua: Uruguay depende de sus ríos y acuíferos para el suministro de agua. Sin embargo, la sobreexplotación de estos recursos hídricos, a menudo para la agricultura y la industria, puede agotar estos recursos y contribuir a las condiciones de sequía. La falta de infraestructuras adecuadas de captación, almacenamiento y distribución de agua también puede agravar los problemas de sequía.
  • Deforestación: la deforestación, principalmente para la agricultura y la ganadería, puede afectar los ciclos de agua locales y regionales. Los árboles y las plantas juegan un papel crucial en el ciclo del agua, ayudando a regular el flujo de agua y a mantener la humedad del suelo. La deforestación puede interrumpir estos ciclos, aumentando la susceptibilidad a la sequía.
  • Urbanización: la expansión rápida de las ciudades puede contribuir a las sequías al aumentar la demanda de agua y disminuir la cantidad de agua que se infiltra en el suelo. Esto puede agotar los suministros de agua subterráneos y aumentar la vulnerabilidad a la sequía.
Las consecuencias de la sequía en Uruguay

Créditos: Grant Durr – Unsplash

¿Cómo afecta la sequía al país?

La sequía que afecta a Uruguay es severa y ha tenido impactos significativos en varias áreas. Desde la agricultura y la ganadería hasta el suministro de agua potable para las ciudades, la sequía ha causado estragos en la vida cotidiana de los uruguayos. Estas son algunas de las implicancias de la sequía en el territorio:

Impactos en la agricultura y la ganadería

La sequía en Uruguay ha llevado a una significativa reducción en el rendimiento de los cultivos fundamentales como el maíz, la soja y el trigo. En algunos casos, ha provocado pérdidas totales de las cosechas, generando graves consecuencias económicas para los agricultores. Además, la escasez de agua ha aumentado los costos de producción, ya que se requiere más inversión en riego y tecnologías para conservar el agua.

Se calcula que las pérdidas en agricultura están alrededor de los 1.800 millones de dólares, convirtiéndose en el peor siniestro en la historia del Banco de Seguros del Estado que tendrá pagar, cerca de 95 millones de dólares.

Asimismo, la falta de agua ha generado estrés en el ganado, resultando en una disminución de la producción de leche y una menor tasa de crecimiento en los animales de carne. También afectó la disponibilidad y calidad de los pastos, lo que lleva a costos adicionales para alimentar al ganado. Por último, el estrés hídrico puede debilitar el sistema inmunológico del ganado, aumentando su susceptibilidad a enfermedades.

Sequía en Uruguay y agua salada

Créditos: Matt Palmer – Unsplash

El fenómeno del agua salada

A medida que los niveles de agua dulce disminuyen, el agua salada del océano Atlántico se ha infiltrado en los ríos y reservorios del país, llevando a la aparición de agua salada en los grifos de los hogares, con implicaciones graves para la salud pública y la economía.

Si bien la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda no superar los 200 miligramos de sodio por litro de agua para que sea potable, las autoridades uruguayas han remarcado que los valores actuales son de 440 miligramos, según Economía Sustentable.

Soluciones y mitigación: ¿Qué está haciendo Uruguay?

En respuesta a la crisis hídrica, Uruguay está adoptando una serie de medidas para gestionar mejor los recursos hídricos y mitigar los impactos de la sequía

Una de las iniciativas clave es el mejoramiento de la infraestructura de agua, con inversiones en nuevas tecnologías de riego y en la construcción de embalses y depósitos de agua para mejorar la captación y el almacenamiento de agua. Además, el gobierno está trabajando en colaboración con las organizaciones agrícolas y ganaderas para promover prácticas de uso del agua más eficientes, tales como la irrigación de precisión y el manejo sostenible de los pastizales.

Por otro lado, Uruguay también está tomando medidas para proteger y restaurar sus ecosistemas naturales, como los bosques y humedales, que juegan un papel crucial en el ciclo del agua y pueden ayudar a mitigar los impactos de la sequía. Asimismo, se están llevando a cabo campañas de concienciación pública sobre la importancia de conservar el agua y adaptarse a las nuevas realidades climáticas.

 

Es evidente que enfrentar la sequía y garantizar la seguridad hídrica a largo plazo requerirá un enfoque integral y sostenible. Sin embargo, la necesidad de una respuesta es urgente para la comunidad uruguaya, sobre todo para aquellas personas que no pueden acceder al agua envasada o padecen de enfermedades que no permiten el consumo del agua alta en sodio

Así, se vuelve imperativo que los gobiernos y las sociedades de toda América Latina tomen medidas para adaptarse a estos desafíos y gestionar de manera sostenible sus recursos hídricos