¿Cuáles son las consecuencias ambientales de la deforestación a nivel mundial?
Las consecuencias ambientales de la deforestación afectan a todo el planeta. Descubre cuáles son y de qué manera impactan.
Las consecuencias ambientales de la deforestación afectan a todo el planeta. Descubre cuáles son y de qué manera impactan.
Las consecuencias ambientales de la deforestación son visibles a escala regional y global. ¿Pero por qué continúa vigente la problemática de la tala de bosques si la tasa de pérdida ha disminuido a nivel mundial desde el año 2000? La respuesta está en que dicha disminución se ha dado de manera desigual. En efecto, en gran parte de las regiones tropicales muy biodiversas aún se registran saldos significativos de pérdida de bosque. De hecho, solo entre 2010 y 2015, se perdieron 32 millones de hectáreas de bosques primarios o en recuperación. Esto es según el reporte “Evaluación de la Biodiversidad y los Servicios Ecosistémicos” de las Naciones Unidas, publicado en 2019.
En Brasil, por ejemplo, el área forestal disminuyó en cantidades superiores a un millón de hectáreas cada año entre 2000 y 2015. Igualmente, el área forestal en Indonesia disminuyó en más de 500 mil hectáreas entre 2013 y 2015. En comparación con regiones templadas, donde los bosques muestran ganancias netas en área forestal, las regiones tropicales continúan sufriendo pérdidas. Esto, ciertamente, tiene consecuencias ambientales a nivel global.
La deforestación impacta la biodiversidad y los servicios ecosistémicos
La actividad humana ha alterado casi el 75 por ciento de la superficie terrestre, según Naciones Unidas. Por ejemplo, el 48 por ciento del área habitable del planeta correspondía a áreas forestales en 1900. Sin embargo, en 2018, este porcentaje disminuyó al 38 por ciento. Como resultado, entre las consecuencias ambientales de la deforestación se encuentra el hecho de que la vida silvestre y la naturaleza se están viendo obligados a habitar rincones cada vez más pequeños del planeta.
La tasa de deforestación aumenta en regiones tropicales y es allí donde se concentran los niveles más altos de biodiversidad. Colombia, por ejemplo, es el segundo país más biodiverso del mundo. Aunque ocupa el primer puesto si su diversidad se mide por metro cuadrado. Hay más especies de aves, anfibios, mariposas y ranas en este país que en cualquier otro lugar del planeta. Pero, Colombia perdió casi 200 mil hectáreas anuales de bosque entre 1900 y 2015. Además, desde el 2016, los índices de deforestación aumentaron un 44 por ciento, luego de la firma del Acuerdo de Paz con las guerrillas de las FARC.
Igual que en Colombia, en todos los países suramericanos – excepto en Chile – hubo significativas pérdidas anuales netas de área forestal en los últimos años. Consecuentemente, muchas especies de esta región se encuentran en amenaza de extinción, y la pérdida de hábitat es un factor determinante. El tití león dorado, el cactus de gorra turca de cerdas maravillosas, la orquídea de aparición y el guacamayo de spix están entre las especies en peligro.
Los bosques del Gran Chaco a punto del colapso
A dichas especies se añaden otras de regiones específicas como las del bosque chaqueño en Argentina. El oso hormiguero gigante, el pecarí y el jaguar son algunas de las especies amenazadas en esta región. Esto se debe en gran medida a la transformación que ha sufrido el Gran Chaco por la expansión de la agricultura intensiva. Un 25 por ciento del bosque chaqueño argentino ha sido deforestado para abrir paso a procesos agrícolas intensivos. Además, se estima que para 2030 se perderán millones de hectáreas adicionales en todo el bioma chaqueño.
Es así como la abundancia promedio de especies nativas en la mayoría de los principales biomas terrestres del planeta ha reducido en, al menos, un 20 por ciento. Esto no solo afecta los procesos ecosistémicos, sino también las contribuciones de la naturaleza a las personas. De hecho, actualmente, la degradación de la tierra redujo la productividad en el 23 por ciento del área terrestre mundial. Y, para agregar, entre USD $235 y $577 mil millones asociados con la producción agrícola mundial anual están en riesgo, resultado de la pérdida de polinizadores.
La lista de servicios ecosistémicos que contribuyen a la supervivencia de los seres humanos incluye la producción de oxígeno y de alimento. La regulación de los patrones climáticos también hace parte de esta lista. Hoy, hay una mayor comprensión sobre qué políticas, prácticas y tecnologías pueden conducir a una mejor conservación de la naturaleza. También, cuáles benefician al uso sostenible de la biodiversidad y el logro de muchos objetivos de desarrollo sostenible global. No obstante, los ecosistemas se degradan y las contribuciones de la naturaleza a la sociedad se encuentran comprometidas.
¿Es el cambio climático una de las consecuencias ambientales de la deforestación?
Además de sustentar la vida, los bosques juegan un papel crítico en la lucha contra el cambio climático. Los bosques actúan como sumideros de carbono y absorben 2 billones de toneladas de CO2 cada año aproximadamente. De esta manera, los bosques representan la forma más rentable de luchar contra el cambio climático actualmente.
Sin embargo, la deforestación en regiones tropicales está convirtiendo a estas esponjas de CO2 en fuentes de emisiones. Esto es debido a que el desmonte de vegetación libera el carbono allí contenido. De hecho, un estudio científico reciente encontró que la selva amazónica de Brasil ahora emite más carbono del que puede absorber. Esto es, en gran medida, resultado de los incendios provocados por impulsores de la agricultura intensiva. En otras palabras, se queman deliberadamente los árboles para despejar tierras y luego utilizarlas para el pastoreo de ganado o el cultivo de soja.
Tan solo en 2021, la deforestación de bosques húmedos primarios representó un costo alto en emisiones alrededor del mundo. Indonesia perdió 203 mil hectáreas, equivalentes a 157 millones de toneladas de CO2 emitidas. Bolivia perdió 558 mil hectáreas, equivalentes a 259 millones de toneladas de CO2 emitidas. Argentina perdió 191 mil hectáreas, equivalentes a 49,2 millones de toneladas de CO2 emitidas. Brasil, a la cabeza en la región latinoamericana, perdió 2,9 millones de hectáreas, equivalentes a 1,7 billones de toneladas de CO2 emitidas. Como resultado, agricultura, silvicultura y uso de la tierra representan directamente el 18,4 por ciento de las emisiones de gases de efecto invernadero.
El ser humano entre las principales causas de la deforestación
La mayor amenaza para los bosques es la agricultura, según Naciones Unidas. debido al grado en que los bosques son transformados en tierras de cultivo y pastos para ganado. Países latinoamericanos, en especial Brasil, se encuentran entre los líderes en producción de carne y semillas oleaginosas como la soja. Pero, la degradación de bosques primarios para la producción de commodities en esta región necesita una solución urgente.
Al tiempo que el área forestal reduce, se pierde la capacidad para mitigar el cambio climático. Con el incremento en la temperatura global se exacerba la amenaza de incendios, y los bosques latinoamericanos son muy susceptibles a estos eventos. En efecto, una investigación asegura que la mitad de los bosques de la región no sobrevive a su primer incendio. Además, la esperanza de recuperación se pierde si un segundo evento de fuego ocurre en menos de cinco años.
Consecuencias ambientales de la deforestación: Bosques degradados son más propensos a incendios
Según los investigadores, los bosques degradados son más propensos a incendiarse, pues son más secos. Si se suman altas temperaturas, solo se requiere un detonante para que un incendio inicie y se expanda rápidamente. Por el contrario, los bosques en buenas condiciones son más húmedos, limitando más la propagación del fuego.
En conclusión, una consecuencia directa de los incendios forestales es la pérdida de resistencia de los bosques a futuros incendios. A esto se añade que la deshidratación de la vegetación trae consigo cambios en el microclima del ecosistema. Luego, incendios adicionales exacerban el daño y el bosque pierde la capacidad para secuestrar gases como el CO2, que tiene un impacto significativo en el cambio climático.
¿Qué solución ofrecen los bosques al problema ambiental que representa el cambio climático?
Existe un plan de acciones de mitigación y adaptación al cambio climático basado en los bosques. Este plan se discute en el Foro de las Naciones Unidas sobre los Bosques. Allí se ha establecido que estas medidas reducirían las emisiones en alrededor de 15 billones de toneladas de CO2 anuales para 2050. Por supuesto, esto es si se implementan en su totalidad. El resultado, no obstante, podría ser suficiente para limitar el calentamiento global a muy por debajo de los 2°C (el objetivo internacional establecido en 2015).
Si bien el mundo está cerca de lograr el objetivo de cero deforestación, las regiones tropicales enfrentan importantes desafíos. Los países en estas regiones continúan registrando pérdidas anuales de área forestal con consecuencias ambientales devastadoras. Los bosques tropicales son el hogar de millones de especies y su reducción amenaza a la biodiversidad del planeta. Esto, simultáneamente, afecta los servicios que ofrece la naturaleza a los seres humanos, incluyendo la producción de alimento y oxígeno. Además, los bosques hacen parte de la solución frente a la coyuntura climática actual. Las consecuencias ambientales de la deforestación, sin embargo, pueden mitigarse. Allí está el desafío.
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