Jóvenes argentinos crean un observatorio de conflictos y soluciones ambientales

El Observatorio de Conflictos y Soluciones Ambientales nuclea a jóvenes argentinos de distintas carreras universitarias para ofrecer respuestas a la crisis ecológica.

Los jóvenes Guadalupe Oliverio (26) y Juan Pedro Frere Affani (25) ya se conocían de otros espacios de lucha ambiental. Por ejemplo, de las manifestaciones de las provincias argentinas de Chubut y Mendoza, que reclamaban contra medidas gubernamentales que buscaban favorecer la megaminería en esos territorios. Estudiantes universitarios ambos, son apenas dos representantes de una inmensa población juvenil interesada y comprometida con el cambio climático y el ambiente.

Ese interés los hizo confluir en un nuevo espacio que se generó a principios de 2023 y que logra nuclear a muchos otros estudiantes, de la Universidad de Buenos Aires (UBA) principalmente pero también de otras instituciones educativas, y que busca ofrecer aportes, iniciativas y respuestas frente a la crisis ecológica.

Se trata del Observatorio de Conflictos y Soluciones Ambientales, conformado por un grupo de estudiantes de distintas facultades y universidades de Buenos Aires, de carreras variadas (Antropología, Historia, Medicina, Periodismo, Diseño Gráfico, entre otras), que decidieron reunirse porque mantenían una misma preocupación por el ambiente, una misma mirada común sobre cómo es necesario accionar en la realidad.

Un proyecto con una fuerte impronta colectiva, de la que forman parte jóvenes con una trayectoria dentro la lucha ambiental y jóvenes que apuestan a su primera experiencia al respecto.

Generar respuestas a partir de la demanda

Una iniciativa que, como su nombre lo indica, intenta ofrecer opciones. Guadalupe hace hincapié en el porqué. “Nos llamamos Observatorio de Conflictos y Soluciones porque, en medio de la crisis climática, la contaminación y los extractivismos en Argentina, intentamos pensar soluciones de raíz a esos problemas. Una posición desde el ambientalismo para poder dar respuesta a estos problemas y angustias de las mayorías populares”, dice. Juan Pedro completa la idea: “Como estudiantes queremos poner nuestros conocimientos y formación al servicio de esa lucha ambiental que se multiplica en el país”.

El puntapié que le dio fuerza al nacimiento del Observatorio fue uno de los conflictos que tuvo la ciudad más grande de Argentina relacionada al subte. A lo largo de este año hubieron 22 paros de trabajadores en reclamo a la presencia de asbesto en las redes del subterráneo, un material cancerígeno que, denuncian, enfermó a más de 80 empleados y provocó la muerte de tres de ellos.

El hecho de que los operarios hayan ido a buscar el apoyo de la comunidad ambiental para enfrentar esta problemática, forma parte de la esencia de lo que hoy hacen en los estudiantes en el Observatorio. “Pensamos las investigaciones en base a las demandas de las mayorías”, explica Guadalupe. “Uno como investigador se puede hacer las preguntas solo en su casa, y se puede hacer las preguntas en base a las demandas que tenga un colectivo, una comunidad”, agrega.

jóvenes argentinos se organizan para hacer frente a la crisis ecológica

Créditos: gentileza del Observatorio de Conflictos y Soluciones Ambientales

Jóvenes que investigan y accionan

En efecto, el trabajo que realizan desde el Observatorio implica a la investigación, aunque no solo eso. Ni siquiera solo lo que ocurre en Buenos Aires. En este tiempo han acompañado diversas manifestaciones vinculadas a todo el territorio nacional.

Por ejemplo: estuvieron presentes en el conflicto por la explotación comercial de la Reserva Ecológica de la ciudad; marcharon junto a la población de la provincia de Jujuy que viajó hasta la ciudad porteña para reclamar por la explotación del litio; organizaron la proyección del documental que retrata la lucha de 2019 de la provincia de Mendoza en contra de la megaminería.

Juan Pedro explica la importancia de formar parte todas estas instancias, más allá de que no sean exclusivamente de Buenos Aires: “Hay que entender que, desde un punto de vista político, la lucha en común es fundamental. También es importante la humildad nuestra de entender que nosotros no inventamos nada, y que hay un montón de gente que está luchando hace mucho tiempo. No somos superhéroes que venimos a dar grandes soluciones, sino a acompañar a aquellos que están poniendo el cuerpo hace mucho”.

De la universidad al territorio, del territorio a la universidad

La perspectiva del Observatorio tiene un enfoque colectivo. Los estudiantes señalan que se trata de la construcción del co-conocimiento. Construir conocimiento con el otro, a la par del otro, a partir de las demandas del otro, con un diálogo con el otro. “Estamos completamente implicados en eso”, aseguran.

Además, como estudiantes buscan que ese trabajo que hacen en el territorio, también tenga un impacto en el ámbito de la educación. ¿Cómo vuelve todo eso a la universidad en forma de conocimiento? ¿Cómo hacer que en las carreras entre la perspectiva ambiental? Son preguntas que buscan plantear.

En ese sentido, Guadalupe menciona que el feminismo ha dejado una estela a seguir. Así como poco a poco una perspectiva feminista logra hacerse paso de diversas maneras en el entorno educativo, también es posible pensar en una perspectiva ambiental transitando ese mismo camino.

jóvenes argentinos buscan concientizar sobre las problemáticas ambientales.

Créditos: gentileza del Observatorio de Conflictos y Soluciones Ambientales

Una crisis ambiental también es una crisis social

El Observatorio de Conflictos y Soluciones Ambientales entiende a la crisis ecológica como una crisis social. No se puede disociar un enfoque del otro. “Cuando nos dicen que no podemos discutir de ambiente porque en Argentina hay un 50% de pobres, están equivocados. Al contrario, en una situación como ésta debemos hacerlo todavía más”, enfatiza Juan Pedro.

En ese sentido, expone claros ejemplos que unifican los diversos abordajes dentro de un mismo paraguas. “Discutir cómo puede ser que el agronegocio destruya la vida de las familias campesinas; cómo puede ser que el 30% de la comida se tire a la basura; pensar qué producimos, para qué, cómo y para quién”, sostiene. “Pensar lo social, lo económico, lo político, tiene que ver con pensar lo ambiental”, agrega.

Guadalupe lo grafica con el mapa del extractivismo en el país, y pone el foco en la coincidencia que tiene con el mapa de las enfermedades y con el de la pobreza. “No es menor que estas categorías estén jugando a la vez en los mismos territorios”, sostiene.

Jóvenes en movimiento

-¿Por qué es necesaria una juventud movilizada en estos temas?

-Guadalupe: “Te haces preguntas que otros jóvenes en otras partes del mundo se están haciendo. Hay que pensar estos movimientos como unos que vuelvan a generar lazos en la población. Pensar que pueden generar una gran red, ya que son demandas que atraviesan a las mayorías populares que están implicadas directamente en estas problemáticas. Si sostenemos que hay que dar estos debates en la juventud es porque los notamos interpelados en estos temas, porque los notamos con bronca. Vamos hacia eso”.

-Juan Pedro: “Para hablar de por qué es necesaria una juventud movilizada plantearía primero por qué es necesario el debate ambiental. Creo que lo ambiental nos permite darle una mirada integral a prácticamente todo. Hacernos preguntas que son profundas. En ese sentido, los jóvenes solemos tener potencia y ganas de hacer cosas. Queremos que esa potencia se canalice hacia esas cosas que nos parece que están buenas”.