¿Qué es la minería y por qué afecta negativamente al medio ambiente?

La minería es una explotación del territorio que tiene como objetivo la obtención selectiva de minerales que se encuentran en la corteza terrestre. En la actualidad, esta actividad a gran escala es realizada por empresas multinacionales. Se la denomina megaminería o minería metalífera a cielo abierto. 

Este tipo de extractivismo genera profundos impactos en el medio ambiente y las poblaciones aledañas. Según el Observatorio de Conflictos Mineros de América Latina, en Latinoamérica hay activos aproximadamente 284 conflictos sociales por la megaminería. Además, esta región es la que presenta más defensores del medioambiente asesinados en el mundo. 

Sin embargo, estas cifras no detienen el funcionamiento de los proyectos megamineros. ¿Qué vuelve a esta actividad tan seductora para grandes capitales e inversionistas internacionales? ¿Por qué es tan nociva para las comunidades locales?

¿Para qué se utiliza la minería?

La minería es la fuente de minerales más rentable del planeta. Esta actividad se da en territorios con grandes reservas naturales como es el caso de la región Latinoamericana. 

La industria minera es financiada por fuentes crediticias multinacionales. Suele publicitarse como una industria que genera puestos de trabajo locales. Sin embargo, estos son sumamente insalubres y atentan directamente con el bienestar de la población. 

Los recursos minerales extraídos en las actividades mineras son utilizados en diversos procesos industriales, de manufactura y productos alimenticios. Según la CEPAL, América Latina cuenta con el 61% de concentración de Litio, el 39% del Cobre y el 32% del Níquel del planeta. 

Los países con mayores reservas de cobre, oro, mineral de hierro y litio son Argentina, Brasil, Chile, México y Perú. Además, los clusters del cobre, hierro y acero y metales preciosos representan el 77% de las exportaciones mineras regionales.

Sin embargo, los beneficios de la exportación no impactan positivamente en las economías locales. En general son cooptados por las empresas multinacionales encargadas de la explotación minera. De hecho, en Argentina, el decreto 893/17 elimina la obligación de ingresar al país las divisas obtenidas por las empresas que venden sus productos en el exterior. 

Algunas de las empresas con más incidencia en el territorio latinamericano son: Antofagasta, Buenaventura, Vale, Glencore, BHP, Rio Tinto y Pan American Silver.

Tipos de minería

Se distinguen dos tipos principales de minería de acuerdo a un informe de la Facultad de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales de la UBA:

Minería subterránea

La minería subterránea, también conocida como minería tradicional, es la manera más antigua de practicar esta actividad. Se realiza a partir de galerías subterráneas desde las cuales se extrae el mineral por debajo de la superficie terrestre.  

Este tipo de minería es conveniente cuando el territorio a explotar cuenta con un alto porcentaje de minerales (ley alta) o no es tan extenso. 

Sin embargo, la minería subterránea es más costosa y más riesgosa para los trabajadores que la minería a cielo abierto. Existen grandes riesgos de derrumbe en sus estructuras. Tal fue el caso del trabajador minero muerto por un derrumbe en Chile. 

Minería a cielo abierto 

La minería a cielo abierto es ideal para aquellos yacimientos de gran volúmen pero poca concentración de minerales (ley baja). Es el tipo de minería más explotado desde el siglo XX y constituye el 90% de la actividad minera actual. 

La minería a cielo abierto corresponde a proyectos de gran envergadura, financiados por entidades internacionales. Provoca importantes impactos negativos en el medio ambiente. 

Consecuencias de la minería

Las consecuencias de la actividad minera, sobre todo de la megaminería a cielo abierto, son altamente negativas para el territorio explotado y las comunidades locales por las siguientes razones:

Usa y desecha sustancias contaminantes

Las explotaciones mineras utilizan toneladas de cianuro, mercurio, ácido sulfúrico y otras sustancias tóxicas. Estos químicos se usan en las diferentes etapas del proceso de extracción y tratamiento de los minerales. 

Por ejemplo, en el proceso de lixiviación, estos químicos separan los minerales de la roca y provocan desechos. Estos residuos se descartan en diques de cola, extensos cuerpos de agua artificiales especialmente construidos para la megaminería a cielo abierto. Allí se depositan los millones de litros de agua con químicos tóxicos.

Estas grandes aglomeraciones de tóxicos sin tratar son altamente peligrosas para las comunidades locales. Por ejemplo, en Coquimbo se produjo un alud de desechos mineros que arrasó con el poblado. Actualmente, el país chileno cuenta con 757 relaves mineros que amenazan silenciosamente a la población. 

Provoca drenajes ácidos

Los metales pesados estancados en los diques de cola se filtran en las napas de agua. Esto provoca desastres ambientales irreversibles enlos ríos de la zona. El caso del río boliviano Beni, infestado de mercurio, lo demuestra.

Las comunidades indígenas de la zona presentaron 32 ppm de metilmercurio en sangre, siendo 1 ppm el límite saludable. Las principales consecuencias de este desecho en sangre son: alto riesgo de desarrollar problemas neurológicos, renales, disfunción cognitiva y motriz; ceguera; discapacidad del habla; y daño cerebral.

Utiliza grandes volúmenes de agua

Uno de los impactos más negativos de la actividad minera en el ambiente y las comunidades son los grandes suministros de agua que necesitan para funcionar. La crisis climática y las sequías no parecen ser un argumento suficientemente sólido para detener los proyectos de megaminería. Así lo demostró el gobierno de Chubut, que a pesar de la poca agua que le queda a la provincia, decidió destinar sus reservas a emprendimientos extractivistas.

En Catamarca, la multinacional Glencore utilizaba un promedio de 69 millones de litros de agua por día para explotar el yacimiento La Alumbrera. Al mismo tiempo que la comunidad transitaba por una gran depresión hídrica, tal cual lo relata la investigación federal Territorios y Resistencias. 

Agrava la pobreza de las comunidades locales

Existe un mito del beneficio económico para las comunidades que se alojan cerca de proyectos de megaminería a cielo abierto. Sin embargo, según una declaración publicada por científicos argentinos del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en los últimos 22 años la minería ha generado solamente el 1,15 por ciento del empleo total de Argentina. 

Asimismo, “la megaminería también tiende a destruir el empleo al tener un impacto negativo en otras actividades locales, aumentando los niveles de pobreza.”  

Generalmente, los estados no perciben las ganancias de la exportación de los recursos minerales extraídos de los yacimientos mineros. Los mayores beneficios son percibidos por las multinacionales que financian estos proyectos. 

Genera conflictos sociales

En 2019, 212 personas fueron asesinadas por defender los derechos de las personas y el medio ambiente. Según la organización Global Witness, la minería en particular, se asocia a la mayor parte de estos crímenes. 

Algunas de las principales causas por las cuales luchan las comunidades en torno a la actividad minera son: la vulneración de sus derechos humanos y costumbres, como es el caso de los desalojos que provocó Pan American Silver en México; y el uso ilegal e indiscriminado de tierras fértiles para comunidades indígenas, como el de la comunidad awajún en la zona fronteriza de la región Amazonas en Perú.   

Explota recursos naturales no renovables

Otro efecto negativo de la actividad minera en el ambiente es la explotación y desgaste de recursos naturales no renovables. La etapa inicial de un proyecto megaminero implica voladuras de montaña que requieren del uso de combustibles fósiles. Asimismo, se utilizan distintos tipos de lubricantes, dispersantes y refrigerantes en los procesos de perforación del mismo origen fósil.

La megaminería es una actividad industrial necesaria para la extracción de minerales para la producción y funcionamiento de diferentes tecnologías. Sin embargo, sus características resultan en impactos irreversibles en el ambiente y la salud de las comunidades locales. Los territorios terminan convirtiéndose en zonas de sacrificio. Razones por las cuales, los pueblos alzan sus voces para reclamar, una y otra vez, “El agua vale más que el oro”.