Ideas para hacer frente a la escasez de agua en Chile: la historia de Verónica

Con diseños caseros tan sencillos como eficaces, Verónica logra cuidar el agua y abastecer a todo su jardín del riego que necesita.

“Para mí el agua es oro”, explica Verónica Muñoz. Dice que lo grafica de esa manera porque, para ella, ese es el valor que tiene en este momento. Cuando empezó a tomar conciencia de que es un problema que se está agravando, se dio cuenta de que se trataba de un recurso más preciado de lo que imaginaba.

Es que, además, la problemática del agua es un tema muy latente en su país. Al igual que otros territorios de la región, Chile viene atravesando períodos de sequías muy intensas que preocupan a gran parte de la población.

Algunos meses atrás tuvieron la excepción de fuertes lluvias a causa del fenómeno de El Niño, pero, más allá de eso, las estadísticas no dejan lugar a dudas. Según el reporte de la evolución del clima que realiza la Dirección Meteorológica de Chile, ya van 16 años consecutivos que el país atraviesa déficit de precipitación, convirtiéndose así en el periodo más largo desde que se tiene registros. La década 2011-2022 ha sido una de las más secas y cálidas, en gran medida atribuido al cambio climático.

Hacer frente a la sequía

La ciudad de Curicó, donde vive Verónica, no es la excepción a la regla. Su casa está ubicada en una zona rural, en donde experimenta escasez de agua que necesita para el riego de su terreno de media hectárea, que cuenta con algunos árboles frutales.

Además, recién ahora recibió la entrega de agua que realizan habitualmente quienes regulan el recurso en la zona, dado que se atrasó el proceso a causa de El Niño. “Como tengo un pedacito de terreno, cuento con acceso a unas horas de agua al mes para riego que me entregan los canalistas”, explica.

Sucedió que los desbordes que generó este fenómeno climático dañaron predios y cultivos, y también significó el retraso en la entrega, que en vez de hacerse en septiembre ocurrió en octubre.

Pero Verónica estaba motivada por la sensibilidad frente a este panorama. Así que decidió hacer algo. La adversidad de la situación fue la que la inspiró para encontrar soluciones para cuidar el agua que tenía. Y, con creatividad y predisposición, las encontró. Una idea fue llevando a la otra, y hoy cuenta con varios diseños caseros tan sencillos como eficaces. El objetivo: lograr abastecer a todo su jardín del riego que necesita.

cómo cuidar un recurso tan preciado como el agua

Créditos: gentileza Verónica Muñoz

Direccionar el agua del lavarropas

“Entonces toda el agua que se maneja aquí en la casa yo la trato de reutilizar”, comenta Verónica. Por eso, lo primero que se le ocurrió intervenir fue su lavarropas. Encontró la posibilidad de que, con algunos retoques, además de limpiar prendas también podía volverlo un método de riego muy efectivo. Y de una forma tan simple como redireccionar el curso de todo el líquido que la máquina elimina por su propio funcionamiento a través de una manguera, de modo que saliera directo para el jardín.

“Al principio sale con detergente pero después es un agua que sale muy limpia, entonces dije: ´No, yo la voy a reciclar´”, cuenta. Pero para llevarlo a cabo hacía falta corregir un detalle: el detergente a utilizar. Vio entonces que era imprescindible comenzar a usar detergente biodegradable para no dañar el jardín.

El producto se encuentra fácilmente en los supermercados, aunque es un poco más caro que el de tipo común. Aun así, para Verónica fue todo ganancia. “Ha resultado muy bien porque estoy regando zonas que antes no lograba llegar”, sostiene.

Recolectar el agua de lluvia

La creatividad fue un poco más allá. Con el esquema del lavarropas ya funcionando a la perfección, la inspiración trajo una nueva idea. ¿No podría hacerse algo con la lluvia y el rocío que simplemente se pierden sin utilizarse de manera más efectiva? La respuesta era que sí, y que existía una manera muy práctica de resolver esa cuestión.

Colocó de manera estratégica en su jardín tres tambores de 100 litros cada uno, que con todo lo que almacenan le permiten regar todas las plantas que tiene. Además, lo aprovecha para darle de beber a sus siete perros.

A Verónica le gustaría colocar algunos tambores más, pero reconoce que, hasta ahora, los que tiene le han funcionado muy bien para la recolección de agua de lluvia y rocío. Lo único que está buscando corregir es cuando éstos rebalsan. “Estoy pensando cómo recoger ese sobrante y llevarlo a otro lado”, confiesa. “Quizá pueda hacer un canal o poner una manga plástica que lo encamine directo a un pozo de acumulación de agua, que también uso para regar otros frutales que tenemos”.

Aprovechar el agua de la ducha

Como si estas ideas no fueran suficientes, la inventiva de Verónica se renueva con la sensibilidad y el deseo de que todos puedan tomar consciencia de la importancia del agua. “Si nos falla, nos va a fallar a todos”, razona.

Así que el baño de su casa también está metido en esta cruzada. Allí hay ubicado, en la ducha, un tambor de 25 litros que cumple la función de recoger lo que se pierde mientras está prendida y el agua toma temperatura. En ese interín en que todavía no se usa, el balde hace lo suyo. Y, aunque parezca poco, ella asegura que se junta mucho. Otro gran acierto, considera. “Yo feliz cuando salgo con un tambor lleno de agua para regar mis árboles”.

formas de ahorrar agua

Créditos: gentileza Verónica Muñoz

Pequeño cambio

Verónica no tiene ninguna formación profesional vinculada al medioambiente o la ecología. Es diseñadora gráfica. Pero pensó que “hay que empezar por algo” y que son necesarios “pequeños cambios” para enfrentar un panorama adverso.

Cuando habla de pequeños cambios no solo se refiere a todo lo que hace con el agua. Hace un tiempo que también comenzó a separar la basura orgánica para hacer compost. De esa manera, además de lograr compostaje de buena calidad, ha obtenido cambios significativos. Ya no necesita sacarla todos los días como antes, porque los residuos que junta se acumulan tan poco que lo hace solo una vez por semana.

Verónica empezó a cuestionarse algunas cosas de su alrededor, y la sensibilidad por generar esos pequeños cambios, aunque sea en lo cotidiano, era un desafío a apropiarse. No solo por ella: “Estamos todos en este mismo barco”, asegura.