Vaca Muerta: Todo lo que tenés que saber

Seguir invirtiendo en Vaca Muerta constituye un alto riesgo para Argentina considerando que el fracking es una industria que cojea.

Enfadados por el cese en la producción de petróleo y gas en Vaca Muerta, causado por el bloqueo de rutas durante tres días por parte de protestantes en Añelo, Provincia de Neuquén, el Sindicato de Petroleros Privados de Río Negro, Neuquén y La Pampa calificó las acciones como “violentas e insoportables”. Impidiendo el paso de camiones de la industria hidrocarburífera y vehículos particulares, las familias de Añelo protestaron por la escasez de agua en sus localidades.

Gas y petróleo en la Cuenca Neuquina

La confrontación despierta muchas preguntas acerca de lo que pasa alrededor de la industria de explotación de gas y petróleo en Argentina y su impacto en las comunidades. ¿Cuál es el contexto en Vaca Muerta, y por qué genera caos?

Lo que fue descubierto como un área con 900 millones de barriles de petróleo en 2011, es hoy la segunda reserva de gas no convencional más grande del mundo y la cuarta de petróleo no convencional. No convencional significa que estos hidrocarburos están a más de 2.500 metros en el subsuelo, atrapados en rocas de esquisto conocidas como shale. Para extraerlos, se requiere de la controversial técnica del fracking.

Fracking en Vaca Muerta: ¿Por qué controversial?

Fue el Gobierno de la ex-presidenta Cristina Fernández de Kirchner el que le dio luz verde al fracking en Argentina en 2013. Sin embargo, las costosas operaciones de fractura de roca shale continuaron durante la presidencia de Mauricio Macri y están aún activas al día de hoy con el actual Gobierno de Alberto Fernández.

En 2018, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expresó gran preocupación por las actividades de fracking en Vaca Muerta. “Preocupa al Comité el impacto negativo que pueda tener sobre el medio ambiente, el agua, la salud y los riesgos de sismos, el uso de ciertos métodos de explotación no convencionales de hidrocarburos, como la fracturación hidráulica, y que el impacto local de esas formas de explotación no haya sido debidamente evaluado ni adecuadamente consultado con las poblaciones”, plasmó el documento.

Pero, ha ocurrido lo opuesto a las recomendaciones de la ONU. A pesar de una creciente lista de países que prohíben actividades de fracking por sus riesgos para la salud y su alto costo ambiental, el Gobierno argentino ha decidido continuar con los incentivos económicos a empresas para aumentar la explotación. Esto, a costa de la flexibilización de medidas ambientales, sacrificando áreas protegidas y los salarios de los trabajadores con reducciones cercanas al 50 por ciento.

Inversiones en fracking: Más costos que beneficios en la producción de gas

Las grandes apuestas al fracking no han arrojado los resultados económicos esperados en Argentina. A principios de 2018, y para incentivar la explotación de gas no convencional en Vaca Muerta, el Gobierno fijó un precio estándar para los productores de USD $7,50 por cada MMBTU. La diferencia con respecto al precio del mercado se pagó a través de subsidios. Considerando que el precio del gas cotizó a USD $2 y $4 MMBTU, el estado gastó un total de USD $340 millones en subsidios al finalizar el año; un costo muy alto para los ciudadanos.

Una parte significativa de las inversiones del Gobierno en fracking se hacen a través de la compañía estatal YPF; la empresa tiene hoy una gigantesca deuda que asciende a los USD $6.200 millones. “No es posible garantizar que tendremos éxito en la implementación de nuestro plan de inversión, ya sea total o parcialmente(…)”, anunció YPF en su más reciente comunicado a la bolsa de valores local. La compañía, que representó el 20 por ciento de la producción de crudo en Vaca Muerta a noviembre de 2020, se encuentra en una ardua búsqueda de liquidez para seguir operando.

Vaca Muerta y una apuesta fallida en fracking: ¿Fuera de lo normal?

No sería extraño imaginar un panorama negativo en la industria del fracking. Más de 40 empresas del sector se declararon en bancarrota en Estados Unidos en 2019, con alrededor de USD $26 billones en deudas – el doble de la cifra del año anterior – según el Instituto de Economía Energética y Análisis Financiero. “Hemos estado observando a estas empresas fracasar bajo una deuda creciente y flujos de efectivo negativos durante muchos años”, dijo Kathy Hipple, autora del informe. “Cada vez es más difícil para estas empresas encontrar inversores que las mantengan a flote y eviten la implosión”.

Tanto para el Gobierno argentino como para los habitantes de Añelo, el fracking parece no estar cumpliendo sus promesas. Luego del inicio de las operaciones, la municipalidad se vio llena de pancartas que anunciaban mejoras en salud, educación, infraestructura y servicios públicos. Hoy, sin embargo, sus habitantes acuden al bloqueo de rutas para reclamarle al Gobierno condiciones básicas de subsistencia, como lo es contar con agua potable.

El futuro de la generación de energía no incluye al gas y petróleo

Seguir invirtiendo en activos de la industria hidrocarburífera constituye un alto riesgo para Argentina, su economía y sus ciudadanos. Seguir apostando al fracking es condenar al país a seguir sosteniendo una industria que cojea y se agrava con el tiempo.