Características del bosque chaqueño

Descubre las características del bosque chaqueño y cómo la intervención humana pone en peligro a la región.

Ser el hábitat natural del jaguar – o yaguareté – es, tal vez, una de las principales características del bosque chaqueño. Por muchos años, este felino – el más grande de América y el predador más importante – ocupó diferentes territorios. Su presencia en el continente se extendía desde el sur de los Estados Unidos hasta el norte de la Patagonia en Argentina. Hoy, sin embargo, el jaguar es raramente visto.

La disminución de jaguares está relacionada con la pérdida de hábitat. Actualmente, esta especie ocupa solo el 50 por ciento de su territorio original. Particularmente, en Argentina, su territorio se ha reducido a solo el cinco por ciento. Así, se estima que quedan menos de 20 jaguares en el bosque chaqueño argentino.

Luego, otra de las características del bosque chaqueño es la pérdida de biodiversidad. De hecho, entre 1985 y 2013, 142 mil kilómetros cuadrados fueron transformados en pastizales y tierras de cultivo. Esto es más del 20 por ciento del bosque, lo que lo ubica entre las regiones más deforestadas del planeta. De esta manera, la biodiversidad del Gran Chaco, particularmente con respecto a los mamíferos más grandes, se encuentra amenazada.

¿Qué características tiene la región chaqueña?

Las especies que viven y crecen en el Gran Chaco toleran temperaturas de hasta 50°C en el verano. En efecto, el clima de la región chaqueña pasa de subtropical cálido en el este a semi-árido y árido al oeste. Esto divide la región en dos: el Chaco seco y el Chaco húmedo. Dentro de estos entornos, se crean diferentes ambientes, como llanuras, sabanas secas e inundables, ríos, matorrales y palmares. Además, se crean diferentes tipos de bosques, algunos de ellos tan densos que son llamados “impenetrables”.

Otra de las características del bosque chaqueño es que la fauna cambia de acuerdo al clima. Es decir, especies como el coipo – o rata nutria – y la nutria americana habitan solo el chaco húmedo, pues son dependientes de cuerpos de agua. Al mismo tiempo, especies como el armadillo gigante se distribuyen solo en el Chaco seco.

Nutria gigante

Foto: Mongabay

Igualmente, la flora de la región chaqueña sigue este mismo patrón. Lapachos, palo piedras, ñangapirís y guayacanes acompañan a los caimanes y otras especies en el lado húmedo. En contraste, quebrachos, algarrobos y palo santos adornan la vegetación de la parte árida. En este sector en particular, los árboles tienden a perder su follaje en épocas secas.

El jaguar y su relación con las áreas protegidas del Gran Chaco

El jaguar – así como los pumas y el tapir – forma parte de las especies que viven en ambos ambientes en el bosque chaqueño. Su equivalente en materia de flora bien puede ser la palmera. Particularmente, la palma pindó y la mbocayá se encuentran en el Chaco húmedo. Por otra parte, la palma carandilla se despliega sobre el Chaco seco.

No obstante, a diferencia de las palmeras, la presencia del jaguar en el bosque chaqueño está mayormente asociada a áreas protegidas y a zonas inundables con poca presencia humana y reducida deforestación. Por esta razón, la población de jaguares ha disminuido principalmente en la región árida y semi-árida.

Las áreas naturales protegidas a nivel global contribuyen al cuidado y la preservación de la biodiversidad. Adicionalmente, juntas, estas áreas absorben alrededor del 15 por ciento de las emisiones de carbono. En Argentina, donde está la mayor parte del Gran Chaco, la región semiárida solo cuenta con un seis por ciento de su territorio bajo protección.

¿Qué intervenciones humanas ponen en peligro a las características del bosque chaqueño?

Los incendios, la caza y la contaminación hacen parte de las problemáticas ambientales del Gran Chaco asociadas a actividades humanas. Además, a estos factores hay que añadir el sobrepastoreo, la salinización y la colmatación – pérdida en la capacidad de los cuerpos de agua. Incluso, diferentes estudios científicos arrojan que el bosque chaqueño ya está siendo impactado por los efectos del cambio climático. Esto es, considerando que las zonas áridas están entre las más vulnerables al incremento en las temperaturas. Así, el área de confluencia entre las provincias argentinas Salta, Chaco y Santiago del Estero en Gran Chaco es hoy el polo de calor de Suramérica.

No obstante, el principal enemigo de las características del bosque chaqueño es la deforestación. A nivel global, la pérdida de hábitat es la mayor amenaza para la vida silvestre. Al mismo tiempo, el principal causante de la pérdida de hábitat es la expansión de la agricultura. En otras palabras, los bosques están siendo talados y convertidos en tierras de cultivo y pasturas para criar ganado.

Deforestación y las Características del bosque chaqueño

Foto: J Wickens, Ecostorm

Por ello, el desarrollo agrícola continuo es una mala noticia para muchos de los animales del mundo. Este es el caso de la mayoría de los 500 tipos de aves, los 150 mamíferos, 120 reptiles y 100 anfibios del Gran Chaco. De hecho, de continuar al ritmo actual, el cambio proyectado en el área para tierras de cultivo en Argentina será del 53,8 por ciento adicional para 2050. Además, Bolivia, Paraguay y Brasil tendrían un cambio estimado de 51, 61,2 y 56,5 por ciento para dicho año respectivamente. Esto es grave, porque estos son los países que abarca el Gran Chaco y los tres primeros llevan décadas explotándolo.

Norte de Santa Fe y las demás provincias que abarca el bosque chaqueño

El Gran Chaco se extiende a lo largo de 120 millones de hectáreas, que representan el 6,6 por ciento de todo América Latina. Allí viven más de cuatro millones de personas, de las cuales cerca del ocho por ciento son comunidades indígenas. En esta medida, son 13 provincias argentinas las que se benefician de contar con áreas del Gran Chaco dentro de su territorio. Entre ellas están Formosa, Chaco, Norte de Santa Fe, Santiago del Estero, Tucumán, Salta, Jujuy, Catamarca, La Rioja y Córdoba.

Por otro lado, en Paraguay, éste abarca los departamentos de Pte. Hayes, Boquerón y Alto Paraguay. Además, en Bolivia, se extiende sobre los departamentos de Tarija, Chuquisaca y Santa Cruz. Es así como, con todas sus características, el bosque chaqueño constituye una de las masas forestales más grandes de la región sur del continente.

Pero, la región chaqueña ha sufrido una gigantesca pérdida de hábitat, enmarcada en la deforestación neta de 8,7 millones de hectáreas de vegetación natural. Esto es algo que ha ocurrido solo en las últimas dos décadas. Asociado a este detrimento está que Argentina es un fuerte productor, consumidor y exportador de carne vacuna. Incluso, el país es el sexto país con mayor stock bovino y se prevé que la exportación continuará creciendo, entre otros, resultado de la eliminación del impuesto a la exportación de la carne vacuna en 2015.

¿Cómo conservar las características del bosque chaqueño?

De no implementar ningún tipo de medidas, la pérdida de hábitat proyectada para los países del Gran Chaco a 2050 incrementará. Paraguay tendría el mayor porcentaje negativo, estimado en el 8,65 por ciento. En segundo lugar, estaría Argentina con una reducción del 7,3 por ciento. Finalmente, en Bolivia, éste disminuiría un 3,92 por ciento. La porción del Gran Chaco en Brasil es relativamente pequeña y, a 2016, no se registraba actividad de deforestación. Sin embargo, este país explota otras zonas de bosque, como el Amazonas, que lo dejarían con una pérdida de hábitat del 6,27 por ciento a 2050.

Pérdida de hábitat natural proyectada a 2050

Afortunadamente, este escenario puede evitarse. Efectivamente, estudios demuestran importantes beneficios, si se cierran las brechas de rendimiento en la producción agrícola. Más aún, si el desperdicio de comida se reduce a la mitad y la población implementa una dieta saludable rica en plantas. Así mismo, el beneficio es mayor si todo esto se complementa con un comercio optimizado. De llegar a ejecutarse conjuntamente estos cambios, se requeriría mucha menos tierra para el agro. Incluso, a pesar de tener varios miles de millones de personas más para alimentar.

Hoy, se estima que hay 25 especies de mamíferos amenazadas en la región chaqueña, tales como el oso hormiguero gigante y el jaguar. Está claro que la causa principal de esta amenaza es la destrucción de su hábitat y la caza. Aunque parezca que el desarrollo humano, el crecimiento poblacional y la salud de los ecosistemas sean situaciones conflictivas, esto no es necesariamente así. Conservar las características del bosque más extenso de América del Sur, después del Amazonas, es posible. De lograrse, no solo cambiaría el futuro del jaguar y las demás especies que allí conviven, sino también el de la población en general.

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