Una empresa argentina fabrica calzado a partir de neumáticos reciclados en cárceles
XINCA es una empresa social que produce calzado a partir de neumáticos reciclados empleando a personas privadas de su libertad en cárceles de Mendoza.
XINCA es una empresa social que produce calzado a partir de neumáticos reciclados empleando a personas privadas de su libertad en cárceles de Mendoza.

¿Cuántas veces hemos visto, arrojados al costado del camino, neumáticos usados calcinándose bajo los rayos del sol? Podríamos imaginar muchos destinos para esta pieza de automóvil, pero a que nunca pensaríamos en que los neumáticos reciclados puede terminar transformados en una suela de un zapato.
En una prisión de Mendoza, provincia de Argentina, un grupo de personas que están privadas de su libertad trabajan para re introducir ese neumático en el sistema de economía circular de la mano de XINCA, es una empresa social que produce calzado con neumáticos reciclados pero que también tiene una mirada más amplia de lo que implica su trabajo. “En realidad, nuestro propósito es que estamos en el mundo de las empresas para cuidar a las personas y para cuidar al planeta”, dice Ezequiel Gatti, uno de sus tres cofundadores.
El calzado que producen en XINCA tiene un lema: “Nuestras zapatillas son basura y estamos orgullosos”. Por todo esto es que resulta insuficiente decir que esta empresa de triple impacto se dedica únicamente a fabricar calzado, pero además porque también han extendido su labor a otros productos reciclados: ropa de abrigo, bolsos y distintos tipos de accesorios.

Crédito: Xinca
Cómo fabricar el calzado a partir de neumáticos reciclados
Ezequiel explica que dentro de la prisión en Mendoza han instalado una especie de fábrica, desde donde los reclusos, que pasaron previamente por una etapa de capacitación, confeccionan el producto. Sin embargo, el proceso no comienza ahí. Primero hay que contar con la materia prima.
El primer paso del proceso está en una planta que recicla neumáticos. Se trata de una tarea que es ajena a XINCA, pero que XINCA logró conectar para ofrecerle un nuevo destino. Desde allí llega aserrín de caucho de neumáticos fuera de uso, para que en la fábrica de la prisión se realice el ensamblado.
Una vez finalizado el calzado, se envía a un depósito, desde donde parte a las diferentes direcciones de compra.
Más allá del calzado: repensar el impacto de las empresas
La propuesta de XINCA, fundada por Ezequiel Gatti, Nazareno El Hom y Alejandro Malgor, tres amigos que en 2013 quisieron crear una empresa que pusiera por delante a las personas y el planeta, quiere usar la basura como un aliado para el cambio.
Y lo eligieron hacer dentro de la industria de la moda. Aunque moda no es una palabra que repitan mucho. Sin embargo, entendieron que este rubro “es uno de los sectores que más debe repensarse y reinventarse”, señala Ezequiel.
Podría haber sido otra cosa. El proyecto de estos tres amigos podría haberse enfocado en otra industria, porque, en realidad, lo que persiguen tiene otra motivación, y cualquier lógica que esté alineada con ese propósito les permitiría ir para adelante. Para ellos, lo importante está en el hilo conductor de lo que hacen: cuidar a las personas y al planeta.
P: ¿Cuál es el desafío de una empresa como la suya en el mundo empresarial actual?
El mundo de la empresa es el lugar donde queremos traccionar esta lógica. Y tenemos la clara idea de que el desafío es construir una empresa distinta. Una empresa que intente incluir estos temas como eje fundamental.
Estamos todavía viendo empresas que siempre responden a la rentabilidad como único fin y lógica, y creo que ellas tienen que incorporar otras miradas, otros desafíos y otros propósitos. Porque así te empieza a pasar que realmente te empezás a conectar desde otro lugar con tu trabajo, a enamorar de tu lugar de trabajo. Podríamos tener resultados super interesantes si las empresas empiezan a tener esta mirada de qué estamos persiguiendo y detrás de qué estamos corriendo.

Créditos: Xinca
P: Hay una búsqueda de educar también al consumidor, ¿verdad?
R: Personalmente me parece que es difícil educar a un consumidor. El consumidor va haciendo su propio proceso de acuerdo a los estadios, los lugares, las realidades. Nunca podría criticar a un consumidor porque no nos elige. Muchas veces el consumo está motivado por distintas cosas: status, valores de marca, sentido de pertenencia. Está lleno de procesos de compra súper complejos. A la vez, comprar es uno de los actos más irracionales que hacemos.
Empieza a estar más presente este tema en las conversaciones, y la realidad es que el consumidor tiene un voto y un poder que muy pocas veces mide. Eso realmente funciona así. El consumidor nunca mide el poder que tiene cada vez que elige algo. Estamos eligiendo cosas todos los días a cada rato, lo que pasa es que al hacerlo de una manera tan inconsciente no lo pensás tanto. No creo que tengamos (por XINCA) mucho impacto a la hora de educar al consumidor, pero sí tenés impacto cuando te presentás como una alternativa.
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