Reservas de surf en Uruguay: qué son y cómo contribuyen a la conservación de las olas
Las reservas de surf buscan proteger las olas ya que cuando estas desaparecen, la costa se degrada y eso afecta las playas. Así es el caso de Uruguay.
Las reservas de surf buscan proteger las olas ya que cuando estas desaparecen, la costa se degrada y eso afecta las playas. Así es el caso de Uruguay.

Cuando se habla de la protección de los océanos, hay uno de sus elementos que ofrece síntomas claros sobre el estado del ecosistema: las olas. Conservar las olas significa conservar un entorno que excede lo que ocurre exclusivamente con el agua, y que se extiende a todo lo que la rodea.
En eso trabaja el Programa Uruguayo de Reservas de Surf (PURS), en Uruguay, una iniciativa que comenzó a partir de la curiosidad de tres amigos y hoy ha logrado articular con gobiernos locales, organizaciones internacionales y, por sobre todo, promover una cultura del cuidado de las zonas costeras del país.
Surf y ambiente: qué son las reservas de surf
La creatividad puesta al servicio de la protección del ambiente puede tener alcances muy efectivos. Los fundadores de PURS detectaron que los deportes acuáticos como el surf podían ser promotores o actividades de bandera para la conservación costera de las zonas de rompientes, y, al mismo tiempo, una clave de apoyo para el turismo sostenible.
La idea del surf como tal es solo un punto de partida. También abarca al kitesurf o el windsurf. Incluso, con el tiempo integraron a la pesca, a partir de que los propios pescadores les manifestaron el importantísimo rol que tenían las olas para su actividad.
Se trata, entonces, de reconocer todo el valor que otorgan las olas como un elemento clave a la hora no solo de realizar deportes, sino por todo lo que se desarrolla alrededor de ella. “Valores paisajísticos, patrimoniales, naturales, culturales, turísticos”, dice Ian Ruiz, coordinador general de PURS.
De hecho, la rompiente de la ola selecciona cuáles sedimentos va a depositar una vez que llegue a la orilla. Entonces no solo es un elemento paisajístico o una herramienta de ocio o conexión con la naturaleza, sino que es un fenómeno oceanográfico que forma playa. “Y vaya si para los países del Cono Sur, sobre todo Uruguay, que depende mucho del turismo de sus playas, es significativo romper un elemento de algo que, de alguna manera, te da de comer”, añade el referente de la organización.
En concreto, las reservas de Surf implican el reconocimiento y puesta en valor de las rompientes de interés para la práctica del surf como un patrimonio natural y un recurso deportivo, socio-económico, y cultural, estratégico para las comunidades locales costeras.

Créditos: pedro-slinger – unsplash
Proteger las olas, una iniciativa presente en todo el mundo
Ian, junto con Germán e Ignacio, comenzaron a observar allá por 2019 que una de las icónicas olas de la popular playa Lamas había dejado de formarse. Se había perdido. Investigando, vieron que no se trataba de un fenómeno que ocurriera solo allí, sino que la problemática se repetía en distintos lugares de Uruguay, e incluso otros países.
Así entraron en contacto con EcoSurf, un instituto en Brasil que trabaja en la protección de estos sitios para evitar lo que estos tres amigos veían que sucedía en las playas uruguayas. Otro de los máximos exponentes es Save the Waves Coalition, una organización sin fines de lucro dedicada a proteger los ecosistemas de surf a lo largo del planeta, con la que PURS logró realizar acuerdos.
El objetivo, explica Ian Ruiz, es aportar conocimiento a través de talleres, documentos y alianzas para que la comunidad en general y las autoridades vean la importancia de proteger esa área. Los primeros resultados los vieron en los municipios de Piriápolis y Solís Grande, en donde lograron crear las primeras Reservas de Surf de Uruguay, en donde ahora la naturaleza y la conservación del ecosistema son prioridad indiscutible.
“Cuando comenzamos a trabajar allí nos miraban raro, como si fuéramos locos. Fuimos dándole cuerpo, sumando aspectos técnicos con los que habíamos podido demostrar por qué se perdían las olas. Generamos material útil para las autoridades, para que tuvieran herramientas a la hora de declarar ciertas playas como Reservas y que no se burlaran de ellos desde el desconocimiento”, explica Ruiz.
El valor económicos de proteger las olas
El gran logro de PURS fue encontrar la forma de medir el valor económico de una ola. Fue lo que le permitió ganar la atención de las comunidades y de los gobiernos locales. Estableciendo las ganancias que generaba el hecho de que hubiese olas en la costa y las pérdidas que podía generar en caso de desaparecer, captó la atención de autoridades, que comenzaron a escuchar con atención.
A través de distintas variables, estipularon las inversiones que se generaban a partir de los gastos de surfistas y turistas en general, tanto en gastronomía como hotelería y otros servicios. “Nosotros hallamos el valor económico no para mercantilizar sino para otorgarle un valor, que sirve para defender ese lugar frente a intereses”, explica Ian. El surf moviliza a nivel global, entre 31 – 61 mil millones de dólares, lo que supone casi el PBI de Uruguay.
“No es lo mismo enfrentar una invasión con las manos vacías que tener información o empoderar a las comunidades para que la tengan”, agrega. De hecho, para ellos lo más grato de todo es eso: aportar información y conocimiento a las comunidades, no para que modifiquen una postura sino para que comiencen a tomar mejores decisiones.
Lograr que los gobiernos declaren Reservas es, quizá, el fin último. Pero lo más importante es generar un diálogo con las habitantes del lugar. Involucrarlos. Facilitarles material de divulgación, llevar adelante actividades en territorio en las playas y en el agua, realizar talleres.

Créditos: sergio-arteaga- unsplash
Amenazas en las costas
Las olas desaparecen y la costa se degrada por varios motivos. En primer lugar, la contaminación por basuras plásticas marinas. Debido a que hay ocupaciones urbanas en los márgenes y un mal manejo de los residuos de la ciudadanía, la basura termina en el agua. “Podés estar tomando una ola y terminar enredado en una bolsa”, grafica el coordinador de PURS.
Otro factor es la pérdida de sedimentos, que provoca que no generen los bancos de arena. Eso se debe a las ocupaciones en la primera franja de línea costera, es decir, construcciones de casas.
Hogares que, además, suelen ser de segunda vivienda: son habitadas por dos semanas y luego quedan vacías durante todo el año. “Por 20 días en el año que disfrutes de playa, arrancaste una duna, deterioraste un humedal natural, cambiaste el cauce a una cañada que contribuía a transportar sedimentos”.
A estos patrones se les suman los cambios a nivel de clima, que cada vez vienen más extremos, y el avance de la privatización de ciertas playas. En Uruguay no es legal, pero ocurre.
Proyecto de ley
De aquí en adelante, PURS ya tiene establecidos varios pasos a seguir. El trecho es largo, dado que la idea es abarcar los 470 km de costas que hay desde Montevideo hasta Rocha.
Entre esas futuras acciones, están trabajando en un proyecto de ley. El nombre exacto de lo que todavía es un borrador, es: Proyecto de ley de preservación de las rompientes apropiadas para el uso recreativo y para la práctica deportiva en Uruguay a través de la creación de reservas de Surf.
Todavía está en revisión. Se trata de un proceso de construcción colectiva, en donde el proyecto se va completando a partir del diálogo con las comunidades mismas.
Otras publicaciones recientes
Carbon Matte: crean una calculadora para medir el carbono capturado en la producción de la yerba mate
Surgida en Brasil, la inciativa busca que los productores de yerba mate puedan incrementar la captura de carbono ajustando sus prácticas agrícolas.
El jaguar: el felino que mantiene vivos los bosques latinoamericanos
Descubre las características del jaguar, su importancia en los ecosistemas de América Latina y por qué su conservación es vital para los bosques.