Recicladores: qué son y por qué su trabajo es fundamental en América Latina
Se calcula que hay 20 millones recicladores en todo el mundo. Silvio Ruiz, reciclador colombiano, explica la importancia de su trabajo.
Se calcula que hay 20 millones recicladores en todo el mundo. Silvio Ruiz, reciclador colombiano, explica la importancia de su trabajo.
Para gran parte de la sociedad civil, para un gobierno o una empresa, apostar al reciclaje de los residuos es una acción en línea con el cuidado del ambiente. Es la incorporación de hábitos de consumo que contemplen la basura más allá de su descarte. Para otros, apostar al reciclaje es la única alternativa para no morir de hambre. Como es el caso de los recicladores.
Las instituciones mundiales están asumiendo compromisos importantes con respecto a la gestión de residuos. El próximo gran paso será el Tratado Mundial de Plásticos, un compromiso jurídicamente vinculante que tendría la misma envergadura que el Acuerdo de París, y cuyo objetivo es abordar los 450 millones de toneladas de plásticos que se generan anualmente en todo el planeta.
En la elaboración de ese acuerdo, un actor fundamental lucha por ganar reconocimiento como parte de la respuesta: los recicladores. La figura del reciclador, presente en todo el mundo pero mucho más en los países del Sur Global, surge desde la necesidad de combatir la pobreza y enfrentar condiciones de miseria, pero termina por ser un eslabón fundamental en la cadena de la gestión de residuos.
Juntar basura de la calle, tan precarizado como relevante
Recicladores, cartoneros, buzos, catadores. El nombre de este oficio varía según los países del continente en 17 denominaciones distintas. Sin embargo, la forma de llamarlos no es un detalle menor; es un activo muy importante para lograr el reconocimiento que ellos entienden que merecen.
Por eso, las organizaciones globales de estos trabajadores llevan el mismo nombre, como la Alianza Internacional de Recicladores, o la Red Latinoamericana y del Caribe de Recicladores. De esta última forma parte Silvio Ruiz, que también es representante de la Asociación Nacional de Recicladores de Colombia.
Habiendo comenzado a recolectar basura desde los 12 años, hoy, a sus 54, Ruiz es uno de los encargados de llevar la voz de los más de 20 millones recicladores que hay en todo el mundo. En los países subdesarrollados y también en los desarrollados.
Regular y formalizar la recolección
El objetivo es conseguir que se reconozca que los recicladores juegan un papel crucial en la gestión de desechos urbanos y que tiene consecuencias ambientales positivas y productivas. Que sean remunerados correctamente por el servicio público que brindan, para acceder a “lo esencial para un ser humano para vivir en condiciones mínimas, como alimentos, abrigo, salud, techo” dice Ruiz.
“Existe un subsistema desde hace más de 80 años conformado por las personas que hacemos esto, que, por necesidad, por condiciones de pobreza, hemos tenido que ir a los residuos a generar nuestro propio trabajo”, explica el colombiano.
El reconocimiento de este grupo poblacional busca ser incorporado a las políticas públicas de los gobiernos. Eso sí, aclaran que no quieren ser desplazados de sus tareas. Lejos de querer dar lástima, pretenden continuar forjando su oficio de recolectores, pero bajo normativas que los amparen y los regulen. Que, si se implementan políticas de gestión de residuos, cierre de vertederos, automatización de tecnologías o privatización, “se tenga en cuenta el factor humano en las soluciones” y les garanticen un marco sostenible.
Horas y kilómetros rodeados de basura: jornadas extenuantes
En la proyección de la basura, hay grandes empresas nacionales y multinacionales que procesan materiales reciclables a gran escala, y en esa cadena de intermediación aparece la invisibilizada pero sacrificada labor de Silvio Ruiz y sus compañeros. Los que se mojan, los que se asolean, los que sufren accidentes de tránsito, los que se cortan, los que están todo el día en un vertedero con miles de toneladas de basura a su alrededor.
Decir todo el día no es literalmente todo el día, pero casi. En un vertedero, las jornadas son de, mínimo, 12 horas, y pueden ir hasta las 16 horas inclusive. La duración puede variar, porque existen recicladores de distintos entornos: urbanos, ríos o los propios vertederos. Aquellos que están en los ríos, pasan hasta 8 horas con sus cuerpos metidos en el agua juntando material descartable.
A esta tarea ya extenuante, se le suma la cantidad de kilómetros que recorren, tanto para la recolección como para el traslado de los residuos conseguidos. Lo que obtienen a cambio es muy poco: no se les paga por horas trabajadas ni por distancia recorrida. “Se paga por lo que se produzca, por lo que la suerte te dé”.
Mitigar el impacto de la contaminación
Existe una discusión entre ambientalistas e incluso en la elaboración del Tratado Mundial de Plásticos. Para algunos, el reciclaje mecánico y químico son soluciones insuficientes. Según expertos, desliza Ruiz, eso podría tener algún grado de certeza en relación al reciclaje químico, en tanto que desarrolla nuevamente químicos para, justamente, rehabilitar plásticos y materias primas.
Sin embargo, el colombiano está convencido que el reciclaje mecánico, que es el que ellos como recicladores llevan adelante, cumple un rol fundamental para mitigar el efecto de contaminación.
“Vidrios, maderas, textiles, cartones, metales y plásticos, forman parte de los trillones de residuos sólidos que hemos recuperado, que hoy no están en los mares, rellenos sanitarios y vertederos. No damos una solución final y deseada, pero ayudamos a mitigar los impactos”, expresa.
La organización colectiva como herramienta de negociación
Silvio Ruiz es amplificador de un reclamo de 20 millones. Lo hace, siempre, bajo el nombre de las asociaciones o alianzas que representa. Es que “cuando hay tanta miseria e invisibilidad, la organización es la herramienta y el vehículo para ir quebrando esas condiciones estructurales de pobreza”, explica. “La organización permite defender la vida, porque a veces hasta la vida se pone en riesgo con este trabajo. Permite negociación colectiva, acceder a servicios esenciales o conquistas. Solo así se logra materializar”.
Otras publicaciones recientes
Alfredo Romero Muñoz: “El bosque Chiquitano es el principal objeto de deforestación en Bolivia”
El científico boliviano explica las razones de la deforestación en Bolivia y por qué debemos proteger el bosque Chiquitano.
El Bosque Chiquitano: una joya natural de Bolivia bajo amenaza
El Bosque Chiquitano es un ecosistema poco conocido pero de una importancia extraordinaria con una biodiversidad única. Las amenazas que enfrenta.