Las mujeres indígenas: pioneras en la silvicultura (Video)
Las mujeres indígenas vienen practicando la silvicultura por años. Descubre cómo estos conocimientos le ofrecen una oportunidad al planeta.
Las mujeres indígenas vienen practicando la silvicultura por años. Descubre cómo estos conocimientos le ofrecen una oportunidad al planeta.
Tukupu es una compañía indígena venezolana que se vale de la silvicultura para administrar sosteniblemente y reforestar alrededor de siete mil hectáreas de bosque. La organización es liderada por mujeres que utilizan sus conocimientos ancestrales en la Reserva Forestal Imataca. Hasta ahora, las mujeres han restaurado más de 312 hectáreas de bosque, reforestado otras 113 y asignado 189 hectáreas para agrosilvicultura.
En el Amazonas ecuatoriano, la Asociación de Mujeres Sapara también se encuentra participando en la restauración de bosques. En alianza con la ONG One Tree Planted, apoyan la promoción de proyectos de reforestación en la región. Su objetivo es plantar 150 mil árboles nativos y medicinales en tierras Sapara, que se extienden a lo largo de 100 hectáreas.
En Costa Rica, existe el Fondo Nacional de Financiamiento Forestal (FONAFIFO). La institución estatal otorga un incentivo económico a los propietarios de plantaciones forestales por los servicios ambientales que estos proveen. Las mujeres indígenas de Costa Rica, importantes agentes de conservación según un análisis realizado, fueron convocadas a participar en talleres de consulta y brindar capacitaciones a campesinos.
Las comunidades indígenas, en especial sus mujeres, tienen una fuerte y armoniosa conexión con la naturaleza. Dan continuidad a tradiciones que se forjaron cientos de años atrás que las hacen pioneras en silvicultura. De hecho, la organización ONU Mujeres señaló el papel vital que juegan las mujeres indígenas en la preservación y transmisión del conocimiento tradicional. “ONU Mujeres reconoce el potencial de los conocimientos tradicionales de las mujeres indígenas para erradicar la pobreza, mejorar el desarrollo sostenible, la seguridad alimentaria y la biodiversidad”.
Las comunidades indígenas, sus mujeres y la gestión de los bosques
Cerca de 1,6 billones de personas – más del 25 por ciento de la población mundial – dependen de recursos forestales para su sustento. Aproximadamente, 1,2 billones utilizan árboles en las granjas para generar alimento y dinero. De estos, aproximadamente 60 millones son pueblos indígenas. Estas comunidades, en especial sus mujeres, tienen conocimientos de generaciones sobre cómo vivir con la naturaleza en equilibrio y armonía.
En promedio, dentro de las comunidades forestales de México, más de la mitad de los ingresos de las mujeres provienen de los bosques. En contraste, para los hombres estos ingresos solo representan la tercera parte. Allí, la relación de hombres y mujeres con la naturaleza tiene diferentes matices. Por un lado, los hombres se dedican a actividades como extracción de madera, entre otras. Las mujeres, por su parte, desempeñan prácticas tradicionales agroforestales, tales como huertos caseros. También la recolección de leña para venta o uso hogareño y la extracción de plantas para alimento o medicina. En efecto, las mujeres indígenas y sus pueblos hacen uso de los recursos forestales para su subsistencia.
Esta relación ofrece una solución a la aguda crisis forestal en regiones específicas del mundo. La acelerada pérdida de bosque natural es todavía un problema agudo en regiones tropicales del planeta. Por ejemplo, en América Latina, se deforestaron 96,9 millones de hectáreas entre 1990 y 2015, resultado de actividades de ganadería y agricultura intensiva principalmente. Esto representa un riesgo importante para la supervivencia de los bosques y para la biodiversidad.
La silvicultura en los territorios indígenas. ¿Cuáles son los aportes de esta actividad en la lucha contra el cambio climático?
Hoy se sabe que, con el acelerado cambio climático, una cuarta parte de las especies de la Tierra podrían estar al borde de la extinción para 2050. Pero el cambio climático ya ha transformado la vida en la Tierra. Globalmente, las estaciones están cambiando, las temperaturas suben y el nivel del mar aumenta a un ritmo alarmante. Cuidar los árboles es clave porque actúan como sumideros de carbono, evitando que más CO2 se acumule en la atmósfera.
A causa de esto, las comunidades indígenas y las prácticas sostenibles de silvicultura entran a jugar un papel determinante. En Bolivia, la tasa de deforestación dentro de los bosques indígenas donde se ha asegurado la propiedad de la tierra es 2,8 veces menor que fuera de dichas áreas. Esto según un reporte de las Naciones Unidas que consolidó índices de pérdida forestal en el período 2000 – 2012.
De igual manera, la tasa de pérdida en territorios indígenas es 2,5 veces menor en Brasil y 2 veces menor en Colombia, según el documento. Juegan un rol fundamental en la lucha por la conservación de los bosques y la biodiversidad. Y a esto se añade la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero causantes del cambio climático.
Mujeres indígenas: sin territorio no hay silvicultura
A pesar de los beneficios del aprovechamiento y manejo de los bosques por los pueblos indígenas, aún hay obstáculos. Uno de ellos, que afecta especialmente a las mujeres, es el reconocimiento de los derechos sobre el territorio. La falta de regularización de las tierras indígenas es una problemática que impacta en su supervivencia y desarrollo. Al reconocer el territorio indígena como tal, se garantiza el acceso, control y aprovechamiento de los recursos naturales. Aún más importante, se garantiza su propia existencia como comunidad con identidad diferenciada. Cuando esto no sucede, se bloquea el acceso a los recursos naturales y esto implica una sentencia de muerte comunitaria.
En el Gran Chaco, la ecorregión más extensa de Latinoamérica después del Amazonas, esta problemática afecta especialmente a las mujeres. En esta región se concentra una amplia diversidad cultural, siendo territorio ancestral para numerosos pueblos originarios. No obstante, las mujeres indígenas del Chaco argentino se ven en la necesidad de buscar cómo proveer recursos a sus familias debido a la presión sobre las tierras. En efecto, el Gran Chaco hace parte de las zonas con mayor deforestación del mundo y niveles más altos de degradación.
Otra consecuencia para las mujeres indígenas de esta región es que pueden verse obligadas a migrar a centros urbanos en busca de empleos remunerados. Allí, enfrentan numerosas dificultades y las posibilidades de subsistencia son pocas debido a la discriminación existente. A menudo, estas situaciones conducen a la disminución del rol de las mujeres indígenas en la comunidad. Además, pueden provocar una paulatina y lenta desintegración de las redes y tejidos sociales de estos pueblos.
Las pioneras en silvicultura como embajadoras de un modo de vida más sostenible
En medio de las actuales problemáticas que las afectan, muchas mujeres indígenas se han hecho líderes y creadoras de cambios. Incluyendo a las integrantes de Tukupu y la Asociación de Mujeres Sapara, un sinnúmero de mujeres indígenas se están convirtiendo en embajadoras de una forma de vida más sostenible.
Los siguientes son fragmentos de testimonios recogidos por Fundación de Naciones Unidas en el marco del Día Internacional de las Comunidades Indígenas del Mundo:
En primera persona
“Creemos en forjar una relación profunda con la naturaleza, a la que llamamos Pachamama. Nuestras prácticas tienen en el corazón la espiritualidad y la sostenibilidad. Es así como nuestras comunidades son altamente resistentes al cambio. Solo usamos lo que tenemos y consumimos solo lo que necesitamos, por lo que nuestras comunidades son extremadamente ingeniosas e independientes”.
Alice Paredes
Defensora de la educación juvenil en Lima, Perú
“Los pueblos indígenas deben ser líderes de la acción climática y no víctimas de las políticas climáticas. Quiero asegurarme de que nuestras voces se escuchen y se nos tome en serio. Las comunidades que menos contribuyen a la crisis climática suelen ser las más afectadas. Necesitamos dejar de subestimar la participación de los pueblos indígenas y hacerlos parte de todo el proceso de formulación de políticas. Para mí, la acción climática es recuperar espacios para las comunidades indígenas”.
Archana Soreng
Miembro del Grupo Asesor de Jóvenes sobre el Cambio Climático del Secretario General de las Naciones Unidas
Las prácticas de silvicultura de mujeres indígenas ofrecen una alternativa sostenible para el aprovechamiento de los recursos forestales. Hoy, muchas iniciativas encabezadas por ellas les están ofreciendo oportunidades de recuperación a bosques en diferentes regiones. Sin embargo, todavía quedan muchos desafíos, especialmente el reconocimiento de los derechos sobre el territorio ancestral de estos pueblos. Esto no solo les garantiza el acceso a los recursos para su subsistencia y desarrollo. También ofrece un beneficio invaluable en la lucha contra el cambio climático y la conservación de la biodiversidad.
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