Incendios forestales en Bolivia: la crisis ambiental que arrasa la biodiversidad

Los incendios forestales en Bolivia del 2024 han devastado más de 10 millones de hectáreas. Conoce las causas, consecuencias y el impacto en la biodiversidad.

  • Los incendios forestales en Bolivia durante 2024 han sido los más graves de la historia reciente, llevando al gobierno a declarar “desastre nacional” por primera vez.
  • Las principales causas son una combinación de sequía extrema debido al cambio climático, prácticas agrícolas tradicionales como el chaqueo y la deforestación sistemática.
  • El impacto es devastador: más de 10 millones de hectáreas quemadas, pérdida masiva de biodiversidad y efectos directos sobre comunidades indígenas y campesinas.

Los bosques de Bolivia arden como nunca antes. Entre mayo y octubre de 2024, el país enfrentó la peor crisis de incendios forestales de su historia, con llamas que devoran extensiones masivas de bosque nativo y amenazan tanto la extraordinaria biodiversidad del país como la supervivencia de comunidades enteras.

La situación resultó tan crítica que el gobierno boliviano se vio obligado a declarar “desastre nacional” por primera vez en su historia debido a incendios forestales. Las llamas consumieron más de 10 millones de hectáreas, una superficie equivalente a dos veces el tamaño de Jamaica, afectando principalmente a los departamentos de Santa Cruz, Beni y La Paz.

Este desastre no es un evento aislado, sino el punto culminante de una tendencia alarmante. La combinación de cambio climático, prácticas agrícolas tradicionales y deforestación en Bolivia ha creado las condiciones perfectas para esta tormenta de fuego que amenaza con transformar permanentemente los ecosistemas bolivianos.

mapa de incendios forestales en Bolivia en 2024

Créditos: CEJIS

Las zonas más afectadas de Bolivia por los incendios en 2024

Los números son abrumadores. Entre enero y octubre de 2024, principalmente en las región Chiquitana y la Amazonía boliviana, Bolivia registró más de 36,000 focos de calor, superando todos los registros históricos. El impacto ha sido tan severo que incluso el humo de los incendios llegó a países vecinos como Argentina y Paraguay.

Los datos son alarmantes. Según el Informe: Focos de calor y cicatrices de incendios en territorios indígenas de las Tierras Bajas de Bolivia publicado por el Centro de Estudios Jurídicos y Sociales (CEJIS), el Comité de Operaciones de Emergencia Departamental COED2 de Santa Cruz reportó que al 30 de septiembre, había una superficie afectada de 10.125.400 hectáreas, casi duplicando las cifras de los incendios de 2010 y 2019, considerados los más grandes o “los más severos de la historia nacional” (Chumacero, 2024), con la probabilidad de que estos datos se incrementarían, si se considera que la temporada de incendios dura hasta octubre de cada año.

El fuego de los incendios en impactó especialmente en los departamentos bolivianos de Santa Cruz y Beni, donde se concentró el 97% de la actividad. Las 10 millones de hectáreas afectadas se comprenden de 58% de bosques y 42% de tierras de vegetación no boscosa.

El impacto en los bosques bolivianos

Santa Cruz, es el corazón forestal de Bolivia. La región de la Chiquitanía, reconocida mundialmente por su bosque seco tropical y declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO, ha sufrido pérdidas irreparables. Los incendios han consumido no solo vegetación centenaria sino también el hábitat de especies únicas como el jaguar, el oso hormiguero gigante y cientos de especies de aves endémicas.

Por otro lado, en el departamento del Beni es hogar de los humedales más importantes de Sudamérica. Estos ecosistemas, vitales para la regulación hídrica de la región amazónica, albergan una biodiversidad extraordinaria incluyendo más de 500 especies de aves y especies amenazadas como el ciervo de los pantanos. Su pérdida tendría consecuencias devastadoras para el ciclo del agua en toda la región.

La situación en La Paz es igualmente preocupante, los incendios que afectaron zonas de alta biodiversidad en los Yungas, un ecosistema único donde los Andes se encuentran con la Amazonía. Esta región, conocida por su extraordinaria variedad de especies endémicas, está viendo desaparecer hábitats críticos para la supervivencia de especies amenazadas.

Por último, los parques nacionales y territorios indígenas protegidos no han escapado a la devastación de los incendios. El Parque Nacional Noel Kempff Mercado y otras áreas protegidas sufrieron daños que podrían tomar décadas, si no siglos, en recuperarse.

incendios forestales en Bolivia

Crédito: Canva

Causas de los incendios forestales en Bolivia, la tormenta perfecta

Normalmente, la temporada de incendios en latinoamérica se espera de Agosto a Septiembre, cuando el clima es usualmente seco y ventoso. Sin embargo, en 2024 este período se adelantó debido a la combinación de una sequía histórica, elevación de temperaturas récord y el fenómenos de El Niño crearon las condiciones perfectas para esta catástrofe.

Los incendios forestales de 2024 no son producto de un solo factor. La crisis actual es resultado de una combinación letal de causas naturales y humanas, agravadas por el cambio climático y políticas territoriales cuestionadas. Entre algunos de los factores concretos, los expertos señalan que:

  • Las temperaturas en Bolivia alcanzaron máximos históricos.
  • La sequía redujo drásticamente la humedad del suelo.
  • Los vientos fuertes facilitaron la propagación del fuego.
  • La falta de lluvias complicó las tareas de control.

El chaqueo: cuando la tradición se convierte en amenaza

El chaqueo es una práctica agrícola ancestral que durante siglos permitió a las comunidades indígenas y campesinas de Bolivia mantener sus cultivos de manera sostenible. Esta técnica, que consiste en la quema controlada de parcelas para preparar la tierra, formaba parte de un sistema agrícola complejo que incluía periodos de descanso y regeneración del suelo.

Sin embargo, el contexto actual ha transformado esta práctica tradicional en un peligro mayor:

  • Ruptura del ciclo tradicional: Antes, las comunidades quemaban pequeñas parcelas y dejaban descansar la tierra durante años. Hoy, la presión por producir más ha llevado a ciclos más cortos y quemas más extensas.
  • Pérdida del conocimiento ancestral: Las nuevas generaciones a menudo desconocen las técnicas tradicionales de control del fuego, como la creación de cortafuegos naturales y la lectura de condiciones climáticas.
  • Comercialización a gran escala: Lo que era una práctica de subsistencia se ha convertido en una herramienta para la expansión agrícola industrial, especialmente en la producción de soja.
  • Conflicto con el cambio climático: Las condiciones extremas actuales hacen que incluso las quemas controladas puedan convertirse rápidamente en incendios incontrolables.

La deforestación como factor agravante de los incendios

La pérdida sistemática de bosques por deforestación en Bolivia ha creado un círculo vicioso. Según datos de Global Forest Watch, el país perdió 4.19 millones de hectáreas de bosque primario entre 2002 y 2022, creando condiciones que agravan la crisis de incendios:

  • La tala tala comercial y la expansión agrícola descontrolada crea bosques vulnerables: La mayor exposición al sol y al viento seca la vegetación restante, mientras que la pérdida del sotobosque elimina la capa protectora de humedad natural. Los árboles que quedan en los bordes de estas zonas taladas se vuelven especialmente vulnerables, creando un efecto dominó de degradación forestal.
  • Los bosques degradados son pólvora esperando una chispa: después de la tala, la vegetación que crece es típicamente más pequeña y más inflamable que los árboles originales. El material vegetal seco se acumula en el suelo, creando condiciones perfectas para que un pequeño fuego se convierta rápidamente en un incendio incontrolable. Además, la pérdida de especies de árboles nativos resistentes al fuego elimina una protección natural crucial del ecosistema.
  • La fragmentación del bosque crea “autopistas” para el fuego: los claros y caminos que dividen el bosque actúan como corredores que permiten que los incendios se propaguen más rápido y más lejos. La pérdida de continuidad en el bosque también elimina las barreras naturales que históricamente han contenido los incendios, mientras que los fragmentos aislados de bosque se vuelven cada vez más difíciles de proteger y mantener.
  • Los cambios en el microclima aceleran la destrucción: cuando se pierden grandes extensiones de bosque, se rompe el ciclo natural de humedad y temperatura que los árboles ayudan a mantener. La reducción en la cobertura arbórea lleva a temperaturas más altas del suelo, menor humedad ambiental y cambios en los patrones de viento locales. Estos cambios crean un ambiente más seco y cálido que favorece la propagación de incendios, completando así un círculo vicioso de destrucción.

Consecuencias de los incendios forestales: impacto devastador

Los incendios forestales en Bolivia no solo destruyen vegetación: están transformando ecosistemas enteros y amenazando formas de vida ancestrales. El impacto de esta crisis se sentirá durante generaciones:

Pérdida de biodiversidad única

Bolivia, considerado uno de los países más biodiversos del planeta, está enfrentando una pérdida de riqueza natural sin precedentes. Los incendios están devastando la flora y fauna endémica, particularmente en ecosistemas únicos como la Chiquitanía, donde varias especies no existen en ningún otro lugar del mundo. 

Asimismo, la destrucción de corredores biológicos vitales como consecuencia de los incendios está fragmentando las poblaciones de especies silvestres, mientras que la pérdida de hábitats específicos amenaza con la extinción local de numerosas especies ya vulnerables.

Incendios forestales

Impacto en comunidades locales

Las comunidades indígenas bolivianas y campesinas están pagando el precio más alto de esta crisis ambiental. Los incendios no solo están destruyendo sus territorios ancestrales, sino que están borrando siglos de historia y cultura vinculada a estos bosques. 

Como consecuencia de los incendios, las familias enfrentan la pérdida total de sus cultivos y medios de vida tradicionales, mientras que el humo persistente causa graves problemas respiratorios, especialmente en niños y ancianos. Además, el desplazamiento forzado y la pérdida de fuentes de agua están creando una crisis humanitaria en regiones donde estas comunidades han vivido por generaciones.

Crisis climática amplificada

Los incendios forestales en Bolivia se han convertido en un amplificador del cambio climático. La liberación masiva de CO2 a la atmósfera por la quema de bosques centenarios está contribuyendo significativamente al calentamiento global. 

Más grave aún es la pérdida de los bosques como sumideros naturales de carbono, creando un efecto doble: más emisiones y menos capacidad de absorberlas. Los patrones climáticos locales están cambiando drásticamente, mientras que el efecto de isla de calor se intensifica en las áreas afectadas, creando condiciones que favorecen nuevos incendios.

Consecuencias económicas en Bolivia

El impacto económico de los incendios forestales está golpeando duramente a Bolivia. El sector agrícola registra pérdidas millonarias por la destrucción de cultivos y tierras productivas, mientras que la infraestructura rural sufre daños significativos. 

Los costos de combatir el fuego están agotando recursos públicos vitales, y el turismo regional, una fuente importante de ingresos para muchas comunidades, se ha visto severamente afectado. Además, el sistema de salud pública enfrenta gastos crecientes para tratar las afectaciones respiratorias causadas por el humo persistente.

En este sentido, los incendios que consumieron los bosques de Bolivia en 2024 no son solo un desastre ambiental: son una advertencia ardiente sobre la urgencia de cambiar nuestra relación con la naturaleza. El futuro de estos ecosistemas únicos, y de las comunidades que dependen de ellos, está literalmente en nuestras manos.