El Bosque Chiquitano: una joya natural de Bolivia bajo amenaza

El Bosque Chiquitano es un ecosistema poco conocido pero de una importancia extraordinaria con una biodiversidad única. Las amenazas que enfrenta.

El Bosque Chiquitano, es una vasta extensión de bosque seco tropical que se extiende por el este de Bolivia, cubriendo más de 24 millones de hectáreas. Este ecosistema, aunque poco conocido, es de una importancia extraordinaria. Es un refugio para una biodiversidad única, con especies que no se encuentran en ningún otro lugar del planeta. 

Además, el Bosque Chiquitano es el hogar de pueblos indígenas cuyas identidades y medios de vida están íntimamente ligados a la salud del bosque. Al mismo tiempo que es un aliado silencioso en la batalla global contra el cambio climático, secuestrando y almacenando cantidades masivas de carbono.

A pesar de su magna importancia, el Bosque Chiquitano está siendo devorado. La deforestación, alimentada por una creciente demanda de tierras para la ganadería y la agricultura, está fragmentando el bosque a un ritmo alarmante. Los incendios forestales, cada vez más intensos y frecuentes, están reduciendo a cenizas vastas áreas. Y las comunidades indígenas están viendo sus hogares y su herencia cultural amenazados.

¿Pero qué lo hace tan especial y por qué su pérdida sería una tragedia no sólo para Bolivia, sino para el mundo entero? ¿Y qué podemos hacer para proteger el Bosque Chiquitano antes de que sea demasiado tarde? 

Biodiversidad del Bosque Chiquitano

El Bosque Chiquitano es un ecosistema extraordinario, una transición única entre la tropical Amazonía al norte y el seco Gran Chaco al sur. Esta posición geográfica, combinada con un clima estacional de lluvias y sequías, ha dado lugar a un grupo de diferentes tipos de vegetación, desde bosques altos hasta sabanas arboladas.

A diferencia de las selvas tropicales húmedas, el Bosque Chiquitano es un bosque seco tropical, lo que significa que experimenta una marcada temporada seca. Esta estacionalidad ha dado forma a la flora y fauna singular del bosque, con especies que han evolucionado adaptaciones especiales para hacer frente a los periodos de escasez de agua.

Flora del Bosque Chiquitano

Una de las joyas botánicas del Bosque Chiquitano es el Tajibo (Tabebuia impetiginosa), un árbol majestuoso que puede alcanzar hasta 30 metros de altura. Durante la temporada seca, el Tajibo pierde sus hojas, pero antes de hacerlo, se cubre de flores rosadas o púrpuras, tiñendo el dosel del bosque con un espectacular despliegue de color.

Otro gigante del bosque es la Mara (Swietenia macrophylla), también conocida como Caoba, uno de los árboles maderables más valiosos del mundo. Estos árboles, que pueden vivir hasta 350 años, son fundamentales para la ecología del bosque, proporcionando hábitat y alimento para una miríada de especies.

bosque chiquitano en Bolivia

Créditos: Alfredo Romero-Muñoz

Fauna del Bosque Chiquitano

Pero el Bosque Chiquitano es mucho más que sus árboles. Es un reino de biodiversidad, hogar de más de 180 especies de mamíferos, 617 especies de aves, 112 especies de reptiles y 64 especies de anfibios. Muchas de estas especies son endémicas, es decir, no se encuentran en ningún otro lugar del planeta:

  • Entre los habitantes emblemáticos del bosque se encuentra el majestuoso Jaguar (Panthera onca), el felino más grande de América. El Bosque Chiquitano es uno de los últimos bastiones para esta especie amenazada, proporcionando el hábitat y las presas que necesita para sobrevivir.
  • Otro residente notable es el Guayón (Herpailurus yagouaroundi), un felino pequeño pero fascinante, a menudo pasado por alto en favor de sus primos más grandes. Este ágil cazador, perfectamente adaptado al sotobosque denso, es un símbolo de la rica pero a menudo invisible biodiversidad del Bosque Chiquitano.
  • Desde el minúsculo Tuco-tuco del Chaco (Ctenomys conoveri), un roedor subterráneo endémico, hasta el imponente Tapir (Tapirus terrestris), el mamífero terrestre más grande de Sudamérica, el Bosque Chiquitano es un tesoro de vida silvestre. Cada especie, por pequeña o escurridiza que sea, juega un papel en la compleja red de la ecología del bosque.

Pueblos indígenas del Bosque Chiquitano

El Bosque Chiquitano no es sólo un ecosistema, es también un paisaje cultural, moldeado por la presencia humana durante milenios. Este territorio es el hogar ancestral de diversos pueblos indígenas, incluyendo los Chiquitanos, Ayoreos, Guarayos y Pausernas, cada uno con su propia lengua, tradiciones y conocimientos profundos sobre el bosque.

Los Chiquitanos, que dan nombre al bosque, son el grupo indígena más grande de la región. Su identidad y modo de vida están íntimamente ligados al bosque, que consideran no sólo como una fuente de recursos, sino como un ser vivo, un proveedor y un maestro.

La relación de los Chiquitanos con el bosque se refleja en su cosmovisión y prácticas tradicionales. Para ellos, el bosque no es algo separado de la sociedad humana, sino un continuo, un espacio compartido donde todos los seres, humanos y no humanos, están interconectados.

Esta visión del mundo se traduce en un profundo conocimiento ecológico tradicional. Los Chiquitanos conocen las propiedades de cientos de plantas, las intrincadas relaciones entre animales y su entorno, y los sutiles cambios en las estaciones. Este conocimiento, transmitido de generación en generación, ha permitido a los Chiquitanos vivir de manera sostenible en el bosque durante siglos.

¿Qué efectos tiene la deforestación en las comunidades indígenas chiquitanas?

Este modo de vida tradicional está bajo amenaza. La deforestación y la degradación del bosque no sólo están destruyendo la biodiversidad, sino también erosionando la base cultural y espiritual de los pueblos indígenas. La pérdida de bosques es también una pérdida de identidad, de conocimiento y de patrimonio cultural.

Además, los pueblos indígenas a menudo se enfrentan a la marginación y la falta de derechos sobre sus tierras ancestrales. A pesar de las leyes que reconocen sus derechos, en la práctica, los pueblos indígenas a menudo son excluidos de las decisiones que afectan a sus territorios y medios de vida. 

Pero los pueblos indígenas del Bosque Chiquitano no son víctimas pasivas. Son agentes activos en la defensa de sus bosques y sus derechos. Muchas comunidades indígenas están en la vanguardia de los esfuerzos de conservación, trabajando para proteger sus territorios, restaurar áreas degradadas y desarrollar alternativas económicas sostenibles.

Reconocer y apoyar los derechos y los conocimientos de los pueblos indígenas no es sólo una cuestión de justicia social, es también fundamental para la conservación del Bosque Chiquitano.

Deforestación y degradación del Bosque Chiquitano 

A pesar de su importancia ecológica y cultural, el Bosque Chiquitano está en crisis. En las últimas décadas, este ecosistema ha sido devorado por la deforestación a un ritmo alarmante. Según datos del Observatorio Boliviano de los Bosques y la Tierra, Bolivia perdió alrededor de 4,5 millones de hectáreas de bosque entre 2001 y 2021, gran parte de ellas en el Bosque Chiquitano. 

Causas de la deforestación en el Bosque Chiquitano

La principal causa de la deforestación en Bolivia es la expansión de la frontera agrícola y ganadera. El Bosque Chiquitano, con sus suelos fértiles y su clima favorable, se ha convertido en un objetivo principal para la expansión de la agroindustria, especialmente para la producción de soja y la ganadería extensiva.

Esta expansión a menudo se produce a expensas de los bosques naturales. Los árboles son talados y el terreno es quemado para despejar la tierra para la agricultura o el pastoreo. Este proceso no sólo destruye la biodiversidad, sino que también libera enormes cantidades de carbono almacenado en la biomasa y los suelos del bosque, contribuyendo al cambio climático.

Además de la deforestación directa, el Bosque Chiquitano también está sufriendo una degradación más sutil pero igualmente dañina. La tala selectiva de especies de árboles valiosas como la Mara o Caoba está empobreciendo la composición del bosque. La caza furtiva y la sobreexplotación del uso del suelo también están teniendo un impacto.

Incendios forestales, otra causa de la degradación del bosque

Pero quizás la amenaza más visible y dramática para el Bosque Chiquitano son los incendios forestales. En 2019, incendios devastadores arrasaron gran parte del bosque, consumiendo alrededor de 2 millones de hectáreas en la Chiquitanía boliviana.

Estos incendios, a menudo iniciados intencionalmente para despejar la tierra pero que se salen de control, no sólo destruyen la biodiversidad, sino que también tienen un impacto devastador en las comunidades locales, contaminando el aire, el agua y destruyendo medios de vida.

Observatorio bosque Chiquitano

Créditos: Observatorio Bosque Chiquitano

La deforestación y la degradación del Bosque Chiquitano no son sólo una tragedia ecológica, sino también un desastre para el clima global. Los bosques son aliados cruciales en la lucha contra el cambio climático, absorbiendo y almacenando carbono.

¿Pero qué podemos hacer para evitarlo? Entender que estas amenazas son el resultado de elecciones y políticas humanas que priorizan las ganancias a corto plazo sobre la sostenibilidad a largo plazo es el primer paso para detenerlas.