De residuo a producto: una empresa en Ecuador fabrica anteojos con botellas recicladas

En Bottleyes, empresa de Ecuador, fabrican un anteojo por cada tres botellas. Hasta el momento, llevan procesadas alrededor de 1 millón y medio de envases.

De un problema también puede surgir una oportunidad. Así lo pensó Isaac Romero al detectar dos grandes situaciones que sucedían en simultáneo: el 70% del plástico que consume la población mundial termina en los océanos; y un tercio de la población mundial necesita usar anteojos, pero no todos pueden costear este producto de primera necesidad.

Bajo esas premisas, en 2020 comenzó a motorizar una idea. Finalmente fundó Bottleyes, una startup en Ecuador que fabrica anteojos a partir de botellas recicladas, con el objetivo de reducir el impacto ambiental de la producción y de instalarse como una alternativa sólida en la industria.

“Nuestra misión en Bottleyes es convertir a las personas con discapacidad visual en protagonistas del cambio ambiental que el planeta necesita”, dicen desde esta empresa, que fabrica un anteojo por cada tres botellas recicladas. Hasta el momento, llevan procesadas alrededor de 1 millón y medio de envases.

A esas dos falencias que percibió Romero, CEO de la startup, le sumó una tercera: “7 de cada 10 anteojos se dañan antes de 1 año porque sus bisagras se rompen”, explica. La propuesta de Bottleyes, entonces, llegó para cortar con una cadena de poca durabilidad y que muchas veces no puede afrontar el uso real que le dan las personas.

Las ventajas de utilizar botellas recicladas

De hecho, con esa propuesta ha logrado diferenciarse como alternativa por varias razones concretas. Por un lado, porque las botellas recicladas que utilizan permiten que el producto sea 4 veces más resistente. Además, el proceso de fabricación logra generar 4 veces menos impacto ambiental.

Por otro lado, tras un año de pruebas encontraron una solución accesible, práctica y de bajo costo. Los anteojos de Bottleyes cuentan con pequeñas bisagras (que es la pieza que une las patas con el lente) intercambiables, que permiten que, en caso de dañarse, no haga falta reponer el producto entero, sino que alcance con reemplazar únicamente esas bisagras.

cómo convertir botellas recicladas en anteojos

Créditos: Bottleyes

-¿Cómo dieron con la idea de fabricar las bisagras?

-Fue uno de los grandes aciertos. La vida útil de los anteojos se mide por apertura, que es el acto de poner y sacar los anteojos. Unos anteojos normales están entre 1000 y 1200 aperturas. Eso es su vida útil. Si te pones a pensar, tendrías que sacártelo tres o cuatro veces al día para que te dure un año, y si te dura más de un año es que lo estás cuidando bien. Por lo general se van a dañar antes de un año. Nosotros en prueba de usabilidad superamos las 5000 y hasta 10.000 aperturas. Aparte de que ya son 4 veces más resistentes, si alguna vez pasa algo pues solo cambias esa pequeña pieza con un par de clicks y tienes 5000 aperturas más. Fue romper esa brecha que está muy ligada a usar y tirar.

-¿Por qué generan 4 veces menos impacto?

-En la industria tradicional, los anteojos tienen un promedio de entre 4 y 5 kg. de CO2 emitido. Nosotros hicimos nuestro test de huella de carbono y nos dio 0,9 kg. El tema es que, para ser ensamblada la bisagra de los anteojos, se utiliza un polímetro que necesita emplear aditivos químicos fuertísimos para el medioambiente. O máquinas termo adicionadoras que calientan ese polímetro, calientan esas bisagras de metal y las unen. Esto tiene muchas emisiones. Nosotros no tenemos línea de ensamble, que es donde se genera el mayor impacto ambiental. Son las personas quienes arman los Bottleyes en su casa: les mandamos el frame, los dos patillas y las bisagras. Y, con dos clicks, está listo.

-¿Cómo es la cadena productiva?

-Nosotros intercedemos en las cadenas de valor de grandes empresas, por ejemplo embotelladoras. Sus desechos que no lleguen a ser botellas como tales, en lugar de que sean relleno sanitario, vienen a nosotros. Las procesamos y terminamos haciendo lentes.

-¿Pueden usar cualquier tipo de botella?

En este momento, por la contracción que manejan nuestros moldes de inyección, el tipo de botella que usamos es PET, que es la de gaseosa o agua. Ahora estamos probando el polipropileno, que viene en las tapitas de esas botellas.

anteojos con botellas recicladas

Créditos: Bottleyes

-¿Qué feedback tuvieron del público?

-Asombrosamente no esperábamos el tema de esta manera. Hubo cierta resistencia en un inicio porque tuvimos que centrarnos mucho en la durabilidad que teníamos. Todos veníamos con ese chip de que, si es reciclado, quizá no aguante tanto. Y más si son lentes. Pero luego de una estrategia muy bien planteada, la adopción ha sido muy buena.

-Lo dices por esta idea de que las personas pueden comprar los anteojos para colaborar con el espíritu de la empresa, pero no lo ven como algo que dure a largo plazo.

-Claro. En un inicio, la gente decía: “Sí, lo estoy haciendo por colaborar un poco pero también estoy gastando dinero”. Después de eso, desarrollamos una estrategia comunicacional correcta donde mostrábamos que, aparte de reciclado, teníamos 4 veces menos impacto, los anteojos tenían 4 veces mayor resistencia, eran modulares, personalizables e incluso más económicos. Nos convertimos en una propuesta de valor muy clara.