Comunidades indígenas del Chaco boliviano crean un innovador modelo de producción
Con el apoyo de una ONG crearon un sistema que garantiza seguridad alimentaria, acceso al agua, soberanía y crecimiento en el chaco boliviano.
Con el apoyo de una ONG crearon un sistema que garantiza seguridad alimentaria, acceso al agua, soberanía y crecimiento en el chaco boliviano.
Las comunidades indígenas del Chaco boliviano enfrentan condiciones extremas. El grado de vulnerabilidad al que han llegado involucra una serie de necesidades básicas que no alcanzan a suplir. Sin embargo, a través de un innovador modelo de producción, eficiente y práctico, han logrado contrarrestar las carencias y avanzar hacia un mejor y mayor desarrollo.
El éxito de este modelo productivo no radica únicamente en las ventajas que brinda. Este modelo es fruto de un trabajo colectivo que congenió los saberes de la comunidad del pueblo Timboy Tiguasu, ubicado en el departamento de Tarija, con el conocimiento técnico de CERDET (Centro de Estudios Regionales para el Desarrollo de Tarija).
CERDET, una institución de apoyo a las comunidades indígenas, acompaña familias, jóvenes, mujeres y comunidades, a través de la capacitación, el asesoramiento, la educación y la facilitación de procesos organizativos. Gracias al trabajo que llevaron adelante en el territorio, crearon un sistema que garantiza seguridad alimentaria, acceso al agua, soberanía y crecimiento.
La vulnerabilidad de los pueblos indígenas del Chaco boliviano
CERDET siempre ha puesto especial énfasis en el desarrollo productivo, abordándolo desde un enfoque sostenible y agroecológico. Un enfoque que permita adaptarse a las graves consecuencias del cambio climático, que estas comunidades sufren mucho más que otras poblaciones dado que no cuentan con las herramientas necesarias. Por ejemplo, a la hora de enfrentar la terrible sequía que azota sus territorios.
“Donde no hay agua no hay vida”, señala Ricardo Paita, agrónomo, responsable de CERDET para Yacuiba y Paracarí. Por eso, el modelo productivo que implementaron con los miembros de Timboy Tiguasu se basa, especialmente, en el manejo de este recurso natural.
Paita explica que, por lo general, los pueblos indígenas han sido históricamente relegados, sin ser atendidos por los gobiernos locales de turno. En efecto, todavía existen muchas demandas de los pueblos y nacionalidades indígenas que no fueron reparadas.
La pandemia del Covid-19 significó una fuerte recesión económica a nivel mundial, pero el impacto en estas comunidades fue aun mayor. Alejadas geográficamente, sin reactivación económica, con carencias de seguridad alimentaria. Y, claro, sufriendo las consecuencias del cambio climático.
Resiliencia: así funciona el modelo
Por eso, la crisis sanitaria motivó a buscar alternativas en el territorio. Se ideó este modelo productivo de escala familiar, que logró resolver varias dificultades existentes. Puede diferenciarse en cuatro componentes (cuatro soluciones a diversas problemáticas), pero sin lugar a dudas el más importante es el que buscó enfrentar la sequía.
1) Almacenar el agua
Para gestionar este recurso natural, implementaron distintas estrategias:
a) Cosecha de agua de lluvia. Experimentaban eventos climáticos en los que llovía una gran cantidad de milímetros en muy poco tiempo. Veían como se generaban ríos que luego desaparecían y no quedaba ni una gota. Como respuesta, pusieron en funcionamiento un estanque que pudiera cosechar el agua. De esta manera se queda almacenada y puede utilizarse cuando lo necesiten.
b) Reacondicionaron y optimizaron un tanque de 200 mil litros que estaba roto y no se usaba por falta de capacitación. También funciona para almacenar.
c) Las mujeres de la comunidad construyeron una cisterna de placas con capacidad para 50 mil litros. También funciona para almacenar.
d) Implementaron un sistema de riego tecnificado por aspersión. El riego tradicional no era accesible ya que se perdía el 80% de agua y solo el 20% llegaba a las plantas. Colaboró fuertemente para cubrir la cuota que precisan los cultivos.
2) Diversificar el cultivo y garantizar seguridad alimentaria
Otro de los componentes del modelo es el manejo de cultivo. El objetivo es implementar sistemas de policultivo. Anteriormente, las personas de Timboy Tiguasu sembraban un solo cultivo por área. En una zona únicamente tomate, en otra pura cebolla, en otra solo lechuga.
La idea fue converger esas plantaciones, y la razón queda clara en los números: “Solo con disponer de otra manera el terreno, logramos bajar el 82,5% de la incidencia de plagas y enfermedades”, dice Paita. A esto se suma el valor agregado de que no se utilizan plaguicidas que contaminen el suelo y la salud.
Además, esta tarea tenía también un enfoque de seguridad alimentaria. Los cultivos tradicionales eran maíz, maní, poroto, animales menores. Faltaban introducir entonces las proteínas que aportan los vegetales y las hortalizas, con el objetivo de incluir toda una gama de vitaminas necesarias para una alimentación más completa.
3) Capacitación de la comunidad
El tercer componente está vinculado a fortalecer el conocimiento. CERDET ha capacitado a la población indígena con distintas herramientas, y siempre respetando los saberes locales. Por ejemplo, aprendieron la elaboración de caldos orgánicos para la prevención de plagas y enfermedades, utilizando el material local de la comunidad. También produjeron un macerado de ajo, ají y vinagre para controlar insectos.
“Buscamos empoderar a la gente para que no utilicen insumos de afuera ni tampoco les influya económicamente, porque no tienen la capacidad para afrontarlo”, agrega el agrónomo.
La idea de incorporar el conocimiento del pueblo indígena, el saber local, es parte inherente del trabajo de la organización. Es, sobre todo, una declaración de principios. El argumento de Paita es tan sencillo como claro: “Porque eso es parte de la vida”. Para él, las comunidades van a seguir subsistiendo con o sin CERDET, gracias a los saberes que han venido desarrollando desde hace muchísimos años, y en condiciones extremas.
“Nosotros como técnicos podemos hacer innovación, proponer cosas nuevas, pero creo que tiene que ser en base al conocimiento, las características y las condiciones de las comunidades”, añade.
4) Cubrirse del sol significa más agua
El último y cuarto componente del modelo es tan simple como eficiente, y se trata de una media sombra. Eso ha evitado que las altas temperaturas y la exposición al sol evaporen el agua recolectada. El ahorro fue mucho mayor, al tiempo que disminuyó la necesidad de frecuencia de riego.
Reivindicar a los pueblos indígenas es posible
El objetivo principal de este proyecto colectivo de CERDET y el pueblo indígena es demostrar que el modelo funciona. Que los gobiernos locales vean que, con innovación, trabajo y esfuerzo, es posible producir. Que se puede promover la seguridad alimentaria. Incluso, en las condiciones extremas como las que combate la comunidad del Chaco boliviano.
Este objetivo esconde detrás otro propósito. Reivindicar a las comunidades indígenas. Señalar, evidenciar que estas familias, jóvenes y mujeres pueden y tienen la capacidad suficiente para hacer todas estas tareas. Lo que no tienen son las condiciones y los medios para llevarlas a cabo.
Ricardo Paita y los miembros de la organización está convencidos de que este modelo es eficiente y adaptable a distintos entornos. Por eso han invitado a autoridades regionales, que luego de observar el funcionamiento decidieron colaborar para que se pueda replicar en otras dos comunidades: Tentami y Yeroviarenda.
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